Evidentemente, no es posible improvisar todos los días planes con amigos puesto que las agendas profesionales y demás ocupaciones, no son fáciles de cuadrar como un puzle. Esta es una de las razones por las que, en la etapa adulta, es muy habitual planificar los planes con un margen de una semana de tiempo.
Sin embargo, sí es muy positivo tener la capacidad de improvisar de vez en cuando un plan para el mismo día. Este tipo de iniciativa es saludable a nivel emocional ya que nos permite responder a las circunstancias personales de ese momento con una actitud que nos permite cuidar de nosotros mismos.
Por ejemplo, si tienes un mal día en el que estás preocupado por un asunto en concreto, puede ayudarte llamar por teléfono a un amigo para quedar a tomar un café y dar un paseo para charlar. Además, esos planes improvisados nos dejan un sabor dulce en la memoria ya que rompen con lo previsible para crear nuevos marcos de experiencia. Puede que al tomar la iniciativa de contactar con alguno de tus amigos, no pueda hacerte un hueco en la agenda. Sin embargo, también puede ocurrir lo contrario y tu iniciativa le alegre el día.
También puedes poner un mensaje en los grupos de whatsapp de los que formas parte porque puede que algunos de tus contactos tengan la tarde libre.