Existen muchos ingredientes necesarios para curar el dolor de desamor, uno de los más importantes y terapéuticos es el llanto. La necesidad de llorar es inherente al deseo de liberar ese nudo en el estómago que se produce por el dolor de la tristeza amorosa. Un dolor que puede robar el habla a quien se deja invadir por la decepción. El dolor del desamor duele. No se trata de utilizar metáforas para negar lo evidente. Pero la realiadad es que en situaciones de este tipo, el dolor duele todavía más cuando lo reprimimos.
Llorar es un acto íntimo, sin embargo, eso no significa que no se pueda llorar frente a otra persona. De hecho, llorar un dolor emocional frente a un amigo también aporta el feedback del consuelo de ese amigo que se convierte en el mejor confidente. Es saludable que una persona que sufre un desamor no se encierre en sí misma y se deje acompañar por los demás.