A veces, estamos tan inmersos en las obligaciones de la rutina cotidiana e incluso, en hipótesis de futuro que perdemos de vista lo que de verdad importa en cada momento: el amor. El amor entendido en su sentido más amplio. Es decir, comenzando por la autoestima como pilar del desarrollo personal hasta interiorizar el valor de relaciones tan esenciales como la amistad, la pareja, el compañerismo, la familia, la solidaridad…
Las circunstancias de la vida cambian, es decir, puede que en un momento determinado una persona esté en pareja mientras que en otra etapa esté soltera. Puede suceder que una persona tenga una vida social muy intensa en la etapa universitaria y una vez iniciada la vida profesional, su agenda de actividades sea más reducida. La situación personal puede cambiar, sin embargo, lo verdaderamente importante es que el amor permanezca.