Celos y autoestima se dan la mano a modo de causa y efecto. Es decir, cuanto más insegura es una persona más posibilidades tiene de sufrir este sentimiento que deriva en una desconfianza amarga en la pareja. Cuando una persona tiene baja autoestima, no es consciente de todo lo que puede aportar a su relación. Es decir, se posiciona en un rol de inferioridad respecto de la pareja. Sin embargo, los celos son sentimientos doblemente negativos.
¿Por qué razón? Porque al igual que la envidia, es un sentimiento que se confiesa con mucha dificultad. En ocasiones, la ansiedad por el temor a una infidelidad se convierte en algo muy abstracto, puesto que también pueden surgir sospechas por la infidelidad de pensamiento de la otra persona. Y cualquier obsesión es un círculo vicioso.
Quien experimenta celos intentará no mostrar esta inseguridad ante su pareja por un prejuicio que le lleva a reprimir este malestar. Sin embargo, sentir celos es una experiencia humana. Lo importante es que no te quedes anclado en esa circunstancia y pongas el foco en tu cuidado. ¿Y cómo puedes hacerlo? Alimentando tu autoestima.