Siempre hacemos hincapié en la relación con los demás, en la mejor forma de relacionarnos con la pareja, los amigos, compañeros de trabajo y familiares.
Cómo mejorar la relación con los demás es un tema de constante preocupación, pero pocas veces nos preguntamos cómo mejorar la relación con uno mismo.
De la relación que tengamos con uno mismo, dependerá en gran parte de la relación que logremos construir con los demás.
Seguramente hayas experimentado lo incómodo que puede resultar terminar una relación. Cualquiera sean los motivos para terminar una relación, no podemos evitar que surjan sentimientos encontrados.
Plantearte el hecho de terminar una relación, supone tener que enfrentarte con tus sentimientos y con los de tu pareja.
Cuando inicias una relación de amor o de amistad con otra persona, en ocasiones, puedes percibir esa fluidez o afinidad, esa especial energía que te hace sentir que conoces de toda la vida a esa persona, con la cual te acabas de encontrar en la vida. A eso solemos denominar como química.
La química en una relación es algo que no siempre está presente, sólo con determinadas personas o relaciones.
El miedo al compromiso es uno de los rasgos comunes, que caracterizan a muchos solteros de todo el mundo. Y esto es algo que afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque los primeros son quizás, los que más a menudo sufren este problema.
Cuando anteriormente en mobifriends hablamos de la soltería, deslizamos que muchas personas se encuentran en este estado de soledad de pareja, por decisión propia o por dificultades emocionales aún sin superar, y es aquí en donde podemos encuadrar el miedo al compromiso.
El miedo al compromiso es el miedo a la entrega, el miedo a la invasión, el temor al abandono, a sufrir por amor. Quizá este miedo proviene de malas experiencias con anteriores parejas o por situaciones conflictivas vividas en la niñez, inseguridades y cuestiones que tiene que ver con el vínculo madre-hijo.
No es raro escuchar historias cono éstas: “tras dos o tres meses de relación en donde las cosas en apariencia venían muy bien, mi pareja, decide terminar sin ninguna explicación del todo fundamentada”.
El miedo al compromiso es un mal que aqueja a muchos. Cuando aquel que lo sufre comienza a percibir que las cosas marchan muy bien y en serio en la pareja, se espanta, se paraliza y la única salida a esta situación, parece ser el cortar la relación, aunque esto no solucione nada.
Tarde o temprano esta situación volverá a repetirse cuando se intente construir otras relaciones, por lo menos es un patrón que se repetirá si no se busca ayuda para superarlo. Y ese apoyo, puede venir de parte de un psicólogo, que ayude a buscar en situaciones pasadas y en el propio interior, qué es aquello que provoca ese miedo o puede ser enfrentado por uno mismo, siempre y cuando se reconozca que existe un problema y que es necesario trabajar en ello para superarlo.
Ahora bien, ¿cómo actuar con alguien que sufre de miedo al compromiso?
Sin dudas la clave es la comprensión, el acompañamiento y la tolerancia. No podemos negar que muchas veces quien se entrega a este tipo de relaciones, sabiendo de antemano que la otra persona sufre el miedo al compromiso, sale lastimado. Así y todo se puede esperar un cambio, sobre todo si creemos en esa relación y si hay evidencias ciertas de que la misma puede prosperar a pesar de las dificultades.
Si la persona que presenta miedo al compromiso asume que tiene un problema y está dispuesto a enfrentarlo y apostar al amor, entonces todo comienza a tener sentido y bien vale la pena al menos, intentarlo, ¿no te parece?
Imagen de Juan Antonio Capó tomada de Flickr
Conocer gente nueva a menudo supone un reto y encontrar alguien compatible a nosotros lo es aún más. Siempre se ha dicho que “los polos opuestos se atraen”, y que generalmente nos sentimos atraídos en una primera instancia justamente por aquella persona que tiene una personalidad muy distinta a la nuestra.
Esto es muy frecuente que suceda, pero conforme avanza la relación, nos terminamos dando cuenta de que esas diferencias comienzan a pesar y a causar desunión, roces y que pasan a ser motivo de conflictos en la pareja, en muchas ocasiones muy difíciles de salvar.
Sin dudas dentro de la pareja deben existir puntos en común para que la relación pueda sobrellevarse en armonía y para que de esta manera, se facilite la convivencia.
Dos personalidades totalmente diferentes, sin ningún interés en común, es muy difícil que puedan establecer una relación duradera o con buenas perspectivas de que ésta se prolongue en el tiempo. Aunque también es cierto que una relación en la que los dos son muy similares, se torna en algún punto un tanto aburrida, por ello es interesante encontrar un equilibrio.
No dejarnos llevar por los prejuicios, y en cambio animarnos a vivir nuestra propia experiencia y apostar por construir la relación en base a nuestras diferencias, es sin dudas todo un desafío pero para nada imposible si realmente nos lo proponemos. No hay nada de malo en que dos personalidades sean diferentes, lo importante es saber encontrarle el atractivo a esto y ser objetivos y absolutamente sinceros a la hora de determinar si esas diferencias pueden o no hacer que la relación prospere y se fortalezca, o por el contrario si pueden llegar a determinar el fin de la pareja.
Nadie tiene la fórmula mágica de la felicidad, ni la bola de cristal para poder predecir el futuro de la pareja. Sin con el tiempo, a pesar de las diferencias somos capaces de encontrar cosas para compartir con el otro, o conciliar aquellas que nos hacen bien a cada uno, entonces podremos aspirar a conseguir una relación armónica, equilibrada y basada en el respeto.
Por último decir que la compatibilidad en la pareja, es algo en lo que se puede trabajar y construir en el día a día, siempre y cuando seamos capaces de poder dejar de lado nuestro egoísmo y poner lo mejor de nuestra parte para hacer que la relación sea exitosa.
Imagen de Gustavo Minas tomada de Flickr
