Una ruptura de pareja es más compleja cuando dos personas que se han querido tienen hijos en común. La situación puede ser tan compleja que, de hecho, en este tipo de circunstancia se produce un dilema frecuente: ¿Continuar con la relación por el bien de los niños o romper el vínculo? Existen posiciones encontradas en ambos planos que en este post analizamos.
Cuando se produce una situación de este tipo, muchas parejas llegan al límite del rencor por el efecto de la acumulación de desencantos y decepciones. Situaciones grises que pesan en el ánimo de las parejas y que agotan la paciencia. Sin embargo, una decisión positiva es la de intentar dar una oportunidad a este vínculo pidiendo la ayuda de un mediador que como tal, siendo una figura externa a la relación, puede ayudar a reconducir el vínculo.
Es decir, el error en este tipo de situación es el hecho de haber llegado a este punto sin intentar buscar una posible solución antes de ese adiós. Porque una terapia de pareja no asegura que el desenlace vaya a ser distinto, sin embargo, por lo menos tomarás la decisión de la ruptura matrimonial con mayor conocimiento de causa.
Algunas parejas deciden continuar con la relación pensando en que de este modo están apostando por el bienestar de los niños. En ese caso, también conviene recordar que la pareja está sacrificando su propia felicidad personal. Del mismo modo, lo que resulta traumático para un niño no es el divorcio sino todo aquello que puede vivirse con posterioridad al divorcio como refleja el síndrome de alienación parental. Es decir, la utilización del niño para ponerle en contra del otro progenitor.
Rupturas de pareja con niños: ¿Qué hacer en esta situación?
Con frecuencia, lo que realmente impulsa a una pareja a seguir viviendo juntos son los temas económicos que afectan de forma directa a la posibilidad de materializar un divorcio. Es por ello que en periodos de crisis económica, el número de rupturas matrimoniales desciende.
Por otra parte, una pareja que se separa con niños pequeños también debería hacer autocrítica de los errores cometidos. Por ejemplo, algunas parejas se centran en el deseo de ser padres con la falsa ilusión de que ampliar la familia puede ser una solución a los problemas cuando la relación ya no iba bien. Sin embargo, en ese caso, a las dificultades de pareja se suman también las propias dificultades del nuevo rol de padres.
Tener hijos es una responsabilidad muy importante y cualquier pareja debería pensar bien en esta responsabilidad antes de dar el paso de formar una familia. Y el divorcio que se produce poco tiempo después del nacimiento de un hijo muestra un contrasentido.
El divorcio en los niños sí puede producir el efecto propio de un cambio para el que necesitan un periodo de adaptación, sin embargo, resulta más perjudicial el efecto psicológico que produce en un niño crecer en un ambiente marcado por las discusiones constantes y el miedo.
¿Cuáles son los síntomas que puede experimentar el niño después de un divorcio? Por ejemplo, puede tener dificultades para conciliar el sueño, tener cambios bruscos de humor, caer en la infantilización de comportamientos que ya había superado…
También puede experimentar dolores corporales puesto que muchos sufrimientos producen un efecto psicosomático, es decir, tienen un origen psicológico en su base puesto que las emociones desagradables cuando se somatizan también producen una huella de malestar.
Cómo tener un divorcio amistoso
Lo más importante en una ruptura de pareja con hijos es pensar en el bien de los niños. Es decir, conviene separar el rol de pareja del propio vínculo de padres y que a diferencia del primero, este vínculo es para siempre. La custodia compartida es una opción cada vez más frecuente en las separaciones matrimoniales ya que por medio de esta fórmula los hijos pueden compartir tiempo de una forma equitativa con sus padres.
Sin embargo, cada caso es diferente, por tanto, conviene analizar las circunstancias de la propia historia porque más allá de lo general el desamor se define por lo concreto.
Por otra parte, en la primera etapa posterior al divorcio es recomendable reducir el contacto con la expareja a aquellos aspectos que tienen que ver únicamente con el niño y los temas de educación. Por ejemplo, asuntos escolares.
El tiempo es un ingrediente importante para sanar las heridas, vivir etapas y hacer el proceso de duelo dejando atrás la herida de las frases de amor no correspondido.
Es preferible que una pareja tenga la capacidad de llegar a acuerdos por sí misma antes que contratar a un abogado matrimonialista ya que los juicios suman todavía más dolor a una separación. Lo mejor para un hijo es que sus padres se encuentren bien. Y este criterio es el que puedes considerar al tomar la decisión de continuar con esa historia o romper ese amor para siempre.
Existe una película que en torno de humor reflexiona sobre cómo el divorcio afecta a la familia: Crazy Stupid Love. Protagonizada por Steve Carell, Julianne Moore, Ryan Gosling y Emma Stone.