Hacer amigos no solo remite a un proceso. Existe una decisión clave en la formación de un vínculo afectivo: la elección personal. La decisión muestra el compromiso que implica cuidar la relación desde la reciprocidad y el respeto. En el blog de mobifriends te damos ocho consejos para elegir a un buen amigo.
1. Valora su presencia en tu vida
La amistad es un bien esencial. Sin embargo, en ocasiones es posible caer en el error de creer que una persona siempre estará allí cerca. Pero pueden ocurrir múltiples circunstancias que cambien el rumbo de la historia. Por ello, la elección de un buen amigo implica celebrar el presente. Es decir, cultivar la relación sin posponer conversaciones y planes para otro momento más propicio.
2. Implícate en una historia en la que existe reciprocidad
Existe un aprendizaje que no resulta sencillo en la amistad: aprender a decir adiós. Un buen amigo es aquel al quien quieres tener en tu vida, pero también es alguien que te elige a ti. Es decir, en un vínculo bidireccional hay una reciprocidad. En caso contrario, cuando una persona se esfuerza por agradar constantemente al otro, pero no recibe un afecto sincero, siente el desgaste que produce una relación que tiene una base desigual.
3. Amigos que te acompañan en la distancia
Un amigo verdadero es aquel que te acompaña incluso cuando no está físicamente presente a tu lado. Generalmente, sabes que está ahí y así te lo demuestran sus acciones y comportamientos. Una amistad verdadera evoluciona con el paso del tiempo, supera obstáculos y es resiliente.
Por ejemplo, elige a un buen amigo que se implique plenamente en la relación. Elige a alguien que no solo muestra su mejor sonrisa en los instantes felices, sino que permanece cerca en tiempos de adversidad.
4. Un buen confidente
Existen numerosas cualidades que pueden formar parte de la lista de adjetivos utilizados para describir a un buen amigo. Hay rasgos que pueden ser más o menos relevantes según el punto de vista personal. Sin embargo, existe un factor que es positivo en cualquier contexto.
Es recomendable que esa persona muestre respeto hacia aquellos aspectos que únicamente compartes con personas de la máxima confianza. Un buen confidente lo sigue siendo incluso si en algún momento la relación llega a su fin. Pero el respeto hacia el tiempo compartido en común no termina nunca.
5. Deja que la amistad fluya y que sea libre
En ocasiones, surge el deseo de querer controlarlo todo en el plano de la amistad. Los miedos pueden influir negativamente en las relaciones con los demás. El temor a la soledad, por ejemplo, puede potenciar la dependencia. Sin embargo, la amistad se expande cuando es verdaderamente libre. Es decir, cuando no busca explicaciones constantes y justificaciones.
Las frases de amor y amistad solo son verdaderamente sinceras cuando se expresan de forma libre. Deja que la amistad fluya y recuerda que tienes la posibilidad de cambiar de opinión. Quizá en algún momento llegues a la conclusión de que, más allá de lo que habías imaginado, la compañía de esa persona no te conviene.
6. Elige a un amigo que sea sincero contigo
La sinceridad es positiva, pero también puede percibirse como incómoda en ciertos momentos. Es un valor que conviene encontrar en aquel que cumple las condiciones deseadas para llegar a ser un verdadero amigo. La sinceridad es un buen antídoto frente a las dudas y la desconfianza. El otro se convierte en un compañero de vida que aporta luz incluso en momentos complejos.
Pues bien, los buenos amigos no se eligen únicamente una vez. Es decir, te reafirmas en el valor que esa amistad tiene en tu vida en la rutina cotidiana.
7. Alguien diferente a ti, pero con algún aspecto en común
La amistad en la etapa adulta se enriquece con las diferencias. Cada persona escribe una historia única. Y un buen amigo puede compartir contigo su propia experiencia personal. Sin embargo, aunque las diferencias son muy positivas, también es recomendable que exista algún punto en común. Es decir, las coincidencias unen desde el principio de una nueva relación.
8. Recuerda que la amistad no tiene que ser perfecta
La amistad no es sinónimo de perfección. Cuando una historia es verdadera, sí existe algo especial. La búsqueda de un buen amigo no debe confundirse con la exigencia excesiva. No tienes que esperar que alguien sea aparentemente perfecto para poder depositar tu confianza plena. El verdadero valor de la amistad reside en su capacidad de transformación: toca el corazón y el alma de cerca.
Elegir un buen amigo implica valorar sus virtudes y cualidades únicas. Pero también supone entender que esa persona comete errores. El exceso de perfeccionismo puede hacer que dejes escapar la oportunidad de conocer a alguien interesante solo porque parece que no está a la altura de un ideal.