Tres errores que te alejan del deseo de hacer amigos

Las relaciones personales forman parte de nuestra vida mostrando el dinamismo constante de la existencia. Las relaciones personales estables se actualizan, pero a su vez, también llegan nuevas personas a nuestro presente. El ser humano puede boicotear su deseo de conocer gente nueva por el modo en el que se posiciona ante esta expectativa. ¿Cuáles son esos gestos que pueden alejar a una persona de ese anhelo del encuentro con nuevos amigos?

Rol de invisibilidad

Cuando conoces a una nueva persona, si deseas crear un lazo en común, no puedes posicionarte en un segundo plano sin asumir las consecuencias que este comportamiento puede comunicar. Por ejemplo, la otra persona puede observar cierto desinterés por tu parte.

La implicación es un concepto fundamental en la filosofía de la existencia puesto que en el viaje de tu vida mereces ser protagonista. Pero no actúas como tal cuando esperas que sea la otra persona quien dé el primer paso de contactar contigo o cuando a pesar de tu deseo de conocer a alguien no haces nada verdaderamente significativo para que eso ocurra.

¿Y por qué a pesar de que este papel no protagonista no es el más adecuado para ser feliz podemos caer en esta trampa? Porque nos resulta cómodo no asumir riesgos ante ese impulso que nos lleva más allá de la zona de confort.

¿Cuál es la clave para recibir? La clave se encuentra en una palabra breve pero importante: dar. Cuando adoptamos el rol de la invisibilidad no solo somos invisibles para los demás, sino también para nosotros mismos.

Excusas

Más allá de cuáles sean las circunstancias personales de cada ser humano, actualmente existen medios de comunicación y encuentro que propician el acercamiento incluso en la distancia. Por tanto, más allá de cuál sea el escenario vital de cada ser humano, lo verdaderamente relevante es el interés que cada uno tiene en alimentar un vínculo.

Pero una persona puede llegar a apagar esta ilusión al poner el foco de atención en dificultades que se formulan a través de excusas. Por ejemplo, «no tengo tiempo para comprometerme con nuevas amistades», «es difícil conocer amigos verdaderos a partir de una determinada edad», «es una persona muy ocupada».

¿Cómo frenar esta inercia de las excusas? Conectando con la ilusión de crear las circunstancias favorables para el nacimiento de una amistad. Eso no garantiza que ese vínculo va a crecer y evolucionar, sin embargo, tienes la certeza absoluta en el caso opuesto de no hacer nada. Intenta identificar cuáles son esas excusas que te dices a ti mismo y que están bloqueando tu crecimiento en el plano de las relaciones personales.

Si sientes que esta es la razón que te distancia de tu deseo de conocer gente nueva, intenta invertir la creatividad que dedicas a alimentar excusas que te distancian de este objetivo, en la dirección opuesta de la iniciativa. Existen muchas razones por las que merece la pena salir al encuentro del otro. Elabora tu propia lista de motivos y razones.

Decepciones del pasado

La mayoría de los adultos tienen el recuerdo de una decepción, una historia rota o el desencanto personal de un vínculo que no estuvo alineado con sus expectativas. Pero es un error convertir este pasado en una excusa que te distancia de la oportunidad de conocer a nuevas personas desde un nuevo horizonte de libertad.

Cuando el pasado es una atadura, tu libertad de decisión actual también está condicionada por esta referencia previa. Tú no puedes cambiar aquello que sucedió hace años, pero sí puedes hacer algo verdaderamente significativo a partir de esta materia prima de las vivencias ya vividas. Este legado de tu biografía es clave para el aprendizaje. Una de las frases de amor y amistad que puede inspirarte es esta idea de Aristóteles: «El amigo es otro yo».

¿Qué puedes aprender a partir de estas lecciones previas? Por ejemplo, podemos aprender a reducir nuestras expectativas para conectar más con la esencia de la realidad. Cuando una persona intenta protegerse de posibles decepciones futuras a partir del dolor vivido está siendo víctima de sí misma. La vida ofrece nuevas oportunidades para quien abre su corazón al presente.

Las decepciones del pasado adquieren una dimensión exagerada cuando se trasladan al presente. El ayer ya está escrito. Pero puedes dibujar el hoy. Y no existe forma más plena de hacerlo que desde la perspectiva de un nuevo día que es nuevo de verdad. Las decepciones del pasado son un síntoma de vida.

¿Deseas conocer a nuevos amigos y amigas? Toma la iniciativa en cualquier etapa de las relaciones personales, pero también al principio de una historia que todavía está por crearse. ¿Qué otras dificultades crees que pueden obstaculizar este momento de ilusión inicial? Cada persona es un ser individual, por tanto, la reflexión en torno a este tema alcanza su mayor expresión de significado por medio de la introspección.