El tema de la infidelidad es uno de los tópicos más debatidos en las relaciones de pareja, y quizá el que más curiosidad despierta, no por una cuestión de morbo, sino porque la misma, admite diversos matices y también supone distintas posturas al respecto.
La infidelidad más evidente y que la conlleva un mayor daño para la pareja, es aquella en la cual se concreta una relación física, que puede estar acompañada o no por un vínculo sentimental.
Pero también, se puede ser infiel con el pensamiento o con la mente y este es otro de los tipos de infidelidad.
Todos podemos sentirnos atraídos por otra persona fuera de nuestra pareja en algún momento de nuestra vida, y esto no es algo que deba hacernos sentir mal.
Se puede ser infiel con el pensamiento sí, pero siempre y cuando la cosa no vaya más allá y mantengamos esa fantasía en nuestra mente y no la llevemos a la práctica, no debemos preocuparnos ni sentirnos culpables. Quizá este tipo de infidelidad, sea la más inocente de todas.
Los especialistas afirman que no existen personas, más allá del género, que en algún momento no hayan sido infieles aunque más no sea con el pensamiento, dado que esto es algo instintivo e inevitable. Muchas personas opinan que si la infidelidad en cualquiera de sus tipos, se hace presente en la pareja, es síntoma de que algo no anda del todo bien y quizá así lo sea. El límite entre una infidelidad física y una de pensamiento, puede llegar a ser muy fácil de romper, y si esta situación persiste en el tiempo, hasta puede llegar a resentir una relación de pareja
No somos responsables por los sentimientos que tenemos hacia otra persona. Una infidelidad con el pensamiento, suele ser pasajera y decaer cuando se está en compañía de la pareja. En todo caso de lo que sí somos responsables, es de no pasar ese umbral que separa una infidelidad de este tipo con una infidelidad física.
Desde luego que a nadie le gustaría saber que su pareja le es o ha sido infiel con el pensamiento, pero esto es algo que está dentro de las probabilidades. Al respecto, conviene que seamos absolutamente sinceros con nosotros mismos, y pensar si alguna vez no hemos sentido atracción por otra persona estando comprometidos.
Si el amor aún está presente en la pareja, con un poco de comunicación y poniendo en marcha algunos tips para recuperar la pasión, se puede reafianzar el vínculo y dejar de sentir temor por caer en una infidelidad.
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Imagen de saia.neogaia tomada de Flickr