Hoy día, estamos muy acostumbrados a escuchar la palabra crisis dentro del contexto económico, sin embargo, una crisis también remite a la vida. Es humano dudar, sentir inseguridad, no saber exactamente qué es lo que te gustaría hacer con tu destino… La vida sería muy aburrida si pudiéramos programarla de forma automática desde que tenemos quince años hasta que morimos. De hecho, lo bonito de la vida se basa en la novedad, en la sorpresa, en la alegría, en la capacidad de seguir caminando día a día, despacio, pero con optmismo…
Existen diferentes crisis vitales. Mucho se ha hablado de cuánto puede afectar a una persona superar la barrera de los cuarenta o de los cincuenta años. Yo creo que también existe otra crisis y es la de darte cuenta de que estás creciendo y tal vez, no tienes tan claro todo en tu mente como pensabas. No sabes si te gustaría casarte y tener hijos, dudas de si te gustaría quedarte soltero, piensas en las ventajas de cada opción, te parece una montaña todo a lo que hay que renunciar en caso de vivir en pareja y prefieres la libertad de tu alma…
En una situación de crisis te haces una y mil preguntas que pueden llegar a agobiarte y también a asustarte. Sencillamente, porque la mente humana es inquieta y generalmente, queremos resolver todas nuestras dudas en cuestión de un minuto. Sin embargo, eso no es posible, se necesita tiempo para ir descubriendo el camino, para ir superando los miedos hasta que llegue el momento en que nuevamente, puedas volver a pisar suelo firme.
No te recomiendo ir a un psicólogo para superar una crisis vital, simplemente, tendrás que dar tiempo al tiempo y empezar a analizar qué te está pasando. A veces, detrás del miedo a la pareja existen otros miedos más profundos que deberías resolver. Del mismo modo, a veces, detrás del miedo a la soledad existen personas enganchadas al amor a cualquier precio.
Vivir no siempre es una tarea fácil. Y a veces, pienso que cuanto más piensas más difícil se hace esta tarea, sencillamente, porque hay preguntas que ni siquiera tienen respuesta fija y definitiva. Una de las cosas que más puede llegar a atormentar a una persona es el paso del tiempo. La sensación de que los años pasan de manera irremediable. Por tanto, o aprovechas el presente, o no tienes nada que hacer.
En general, sufren crisis vitales más profundas aquellas personas que son más sensibles y que son inquietas. Es decir, que tienen la capacidad de hacerse una y mil preguntas sobre la propia vida.
Imagen: Esthetic