
Existe un error habitual en las relaciones personales que, sin embargo, se produce de forma frecuente: poner excusas. Poner excusas implica no asumir la propia responsabilidad afectiva en los vínculos con los demás. De esta forma, una de las excusas habituales para no quedar con otra persona es decir “no tengo tiempo”. También es posible poner excusas tras un conflicto en lugar de asumir un error y pedir disculpas. Quizá te has encontrado con personas que anulan planes en el último momento, o que se retrasan durante muchos minutos, y buscan una justificación con cualquier excusa. Si quieres saber cómo dejar de poner excusas en tus relaciones personales y actuar con responsabilidad afectiva, sigue leyendo.
Cómo dejar de poner excusas para actuar con responsabilidad afectiva
¿Hay algún ámbito de tu vida en el que pones excusas de forma habitual? ¿Sientes que te gustaría mejorar algún campo concreto de tu existencia? ¿Quieres fortalecer tus relaciones a través de una comunicación sólida? Las excusas constantes perjudican las relaciones, por ello, te damos las claves para modificar esta inercia. ¡Sigue leyendo para reflexionar sobre el tema!
1. Las acciones producen consecuencias: valora los efectos de esas excusas
Actuar desde la responsabilidad afectiva, supone recordar que las acciones producen consecuencias. ¿Y qué ocurre con las excusas? Que pesan cada vez más en las relaciones. Evitar la propia responsabilidad en torno a un asunto determinado no ayuda a fortalecer los vínculos desde la confianza. La responsabilidad individual parece diluirse bajo cualquier excusa o pretexto. Puedes exponer tus argumentos y motivos en torno a una decisión determinada desde el respeto y la amabilidad.
2. Cómo dejar de poner excusas: no tienes que justificarte por todo
Poner excusas parece propio de alguien que siente que tiene que justificarse por cualquier decisión ante los demás. Pero no tienes que justificarte constantemente por cada paso que das. Sin embargo, si es un acto de consideración y empatía que tengas en cuenta los sentimientos de los demás en aquellas situaciones que les implican directamente. Y en lugar de utilizar una excusa, puedes adoptar otro punto de vista.
¿Utilizas las excusas con frecuencia o hay alguien que se justifica contigo de forma habitual? Las relaciones personales no deben vivirse como una especie de examen en busca de la aprobación del otro o de la perfección.

3. Afronta las conversaciones pendientes y los temas difíciles
En ocasiones, las excusas se convierten en una forma de huir de una situación que genera algún tipo de incomodidad. Sin embargo, ninguna excusa consigue tapar las conversaciones pendientes o los temas difíciles. ¿Cómo resolver ese tipo de situación? Afronta las conversaciones pendientes. ¿Significa eso que es esencial prescindir de cualquier tipo de excusa? Evidentemente, conviene evitar llevar esta reflexión hacia los extremos de todo o nada, siempre o nunca. Lo importante es que una forma de actuar, basada en los pretextos y las justificaciones rápidas, no se convierta en norma.
4. Cómo dejar de poner excusas: familiarízate con los límites
No utilices excusas de forma recurrente. Familiarízate con los límites. Por ejemplo, acepta que otra persona puede tener un plan diferente en el momento en el que tú le propones salir para disfrutar de una actividad en común. Del mismo modo, tú también puedes mostrar tu propio criterio, tomar decisiones y mostrarte tal y como eres (siempre desde el respeto al otro). El curso de las relaciones no cambia de forma casual. Si quieres construir vínculos fuertes, no dejes que la amistad, el amor o los vínculos familiares estén condicionados por cualquier pretexto. Las frases de amor y amistad son más fuertes desde la sinceridad.

5. No te engañes a ti mismo
Las excusas que pones a los demás pueden convertirse en una forma de engaño hacia ti mismo. Una forma de engaño que te impide tomar las riendas de tu propia felicidad en relación con el tipo de vida que quieres tener, las relaciones que deseas construir o la persona que quieres llegar a ser. Es decir, deja de ponerte excusas a ti mismo. No dejes que las cosas ocurran desde la inercia. Responsabilízate con tu propia vida.
Reflexiones finales sobre el tema
Vivir bajo el ritmo de la prisa, la superficialidad y las excusas implica actuar de forma automática. ¿Cómo dejar de poner excusas en las relaciones personales? El cambio, en última instancia, depende de uno mismo. Es decir, ese punto de inflexión no se produce de forma casual. Es importante cultivar el autoconocimiento para modificar un patrón que se repite.
Sin embargo, frente a la inercia de las excusas, es posible cultivar la responsabilidad afectiva. ¿Cuál es tu opinión y tu punto de vista personal sobre el uso de excusas en las relaciones personales? Sin duda, existen momentos en los que una excusa puede estar justificada. Pero nunca debería convertirse en una norma recurrente.