La relación con la soledad puede cambiar a lo largo de las diferentes etapas de la vida. La búsqueda constante de compañía incrementa la dependencia hacia los demás. El miedo a estar solo genera altos niveles de sufrimiento. ¿Cómo dar un sentido positivo a los momentos de soledad?
1. La compañía va más allá de la conexión con otra persona
El sentimiento de compañía remite de forma directa a una conversación o a un encuentro interpersonal. Pero es una sensación que va más allá del amor de pareja, la familia o la amistad. Por ejemplo, puedes experimentar un arraigo feliz en un lugar en el que abrazas la calma y la tranquilidad.
También puedes sentir una conexión plena con el presente mientras disfrutas de un plan que te gusta. Por ejemplo, cuando ves una película divertida. Existen otras muchas vivencias que enriquecen los momentos de soledad como, por ejemplo, escuchar las canciones que forman parte de la banda sonora de tu vida. Recuerda que las frases de amor y amistad también están muy presentes en aquellos instantes en los que te reencuentras contigo mismo.
2. Invierte tiempo en ti
Los momentos de soledad aportan una perspectiva diferente de la gestión del tiempo. En esos instantes, no centras tu atención en una pareja, en un amigo o en un familiar. El contexto exterior ofrece las condiciones deseadas para darte el espacio que mereces. Por ejemplo, puedes descansar de los planes sociales. También tienes la posibilidad de improvisar diferentes actividades en tu agenda, sin que tus horarios coincidan con los de otra persona.
Quizá prefieras disfrutar de la intimidad de tu hogar o dar un paseo por un parque natural. ¿Te apetece descubrir las novedades editoriales y adentrarte en la lectura de una novela apasionante? Los encuentros que compartes con personas especiales son un regalo. Pero los tiempos de soledad también tienen un valor incalculable.
3. Otras personas están presentes en tu vida
Recuerda que, aunque no estén físicamente cerca en los instantes que pasas en soledad, otras personas están presentes en tu vida. Es decir, si se produce cualquier imprevisto o necesitas ayuda, puedes contactar con alguien querido a través del teléfono o mediante otros canales. Por tanto, la conexión con familiares y amigos es más profunda. Trasciende más allá de las reuniones sociales. El afecto de otras personas permanece en tu corazón en los momentos de soledad.
4. Establece un diálogo positivo con la soledad
¿Qué te gustaría decirle a la soledad? Imagina que es una amiga con la que puedes mantener un contacto constructivo. ¿Qué mensaje quieres transmitir? Visualízate a ti mismo disfrutando de una verdadera libertad interior en planes realizados en soledad. Conecta con sensaciones positivas de bienestar, creatividad y energía vital. Es decir, alimenta una relación positiva con la soledad.
Aunque se trate de una circunstancia que no has elegido, sino que ha sido propiciada por variables externas. Generalmente, es posible hacer algo al respecto. Por ejemplo, quizá puedas dar un sentido positivo a ese proceso de aprendizaje que, por otra parte, potencia el desarrollo personal. Finalmente, conviene señalar que la búsqueda de sentido no es única y lineal. Puedes reinterpretar el significado de la soledad.
5. Reflexiona en torno a los cambios que quieres hacer
Los momentos de soledad te acercan todavía más a tus sentimientos y pensamientos. ¿Cómo invertir de forma constructiva esos instantes en un objetivo gratificante? Por una parte, practica la gratitud de manera intencional para poner en valor incluso los aspectos que son aparentemente más sencillos.
Sin embargo, la soledad también es un impulso para generar procesos de cambio. Por ejemplo, si quieres conocer amigos, relacionarte con gente nueva, compartir más tiempo con personas queridas o buscar pareja, integra tu meta en tu proyecto de vida a corto plazo.
6. La incomodidad no tiene por qué ser negativa
Existen momentos de soledad en los que surge una sensación de incomodidad. Y dicha incomodidad se percibe como desagradable y molesta. Por ejemplo, puede hacerte sentir que te falta algo, aunque no sepas identificar qué es. La incomodidad es frecuente en numerosos momentos de la vida. Por ejemplo, es una señal habitual cuando sales de tu zona de confort.
Pero esa sensación no es permanente, sino temporal. Date el permiso de sentirla, vivirla y experimentarla de manera natural. No te resistas a ella. En caso contrario, pronto surge el deseo de buscar compañía para evitar los planes en soledad.
¿Conoces a una persona cercana que disfruta plenamente de la soledad? ¿Cuál crees que es la clave, en su caso, de esa armonía y serenidad? ¿Qué cambios positivos quieres hacer para ser amable contigo mismo? Si te apetece realizar un ejercicio de autoconocimiento, escribe un diario en el que describas con especial atención aquellos instantes de soledad que han sido valiosos para ti por algún motivo.