El miedo a la soledad no es la consecuencia de una ruptura de pareja si la persona ya tenía este temor antes de ese capítulo de despedida. Sin embargo, esta circunstancia sí incrementa esta sensación de temor ante el vacío que produce la ausencia de compañía.
Lejos de observar este sentimiento como una limitación inevitable, intenta escuchar aquello que sientes para convertirlo en una oportunidad para conocerte a ti mismo. La soledad después de la ruptura no es un lugar del que huir, sino un espacio al que volver. Un espacio que te pertenece como ser humano: tu intimidad.