El corazón humano puede compararse en ciertos momentos con un teléfono que no tiene cobertura y está incomunicado. El mundo sigue girando, la vida avanza, sin embargo, el mundo se detiene en el interior de aquel que se siente solo, sin amor y vacío.
Son sensaciones muy dolorosas que no tienen una curación inmediata. Por ello, hay que hacer un sobreesfuerzo en medio de una situación de dificultad para tener fe y creer que la luz siempre vuelve a brillar después de la tormenta como bien lo demuestra la experiencia. ¿Qué hacer en una situación así?