Te encuentras al inicio de una nueva historia de amor, viviendo la esperanza de esa historia que ha traído a tu vida nuevas emociones. La magia de los inicios es muy añorada en el futuro de cualquier noviazgo o matrimonio. Los comienzos son más significativos de lo que parecen a simple vista. ¿Qué comportamientos posibles conviene corregir a nivel de inteligencia emocional? En el blog de mobifriends hacemos una selección de ejemplos.
1. Convertir esta relación en el centro de tu vida
Todavía no conoces lo suficiente a esa persona, sin embargo, como consecuencia del enamoramiento ya le has situado en el centro de tu vida sin más mérito que la pura emoción que te produce este estado de idealización. Entonces, la familia y los amigos quedan en un segundo plano ante esa prioridad de estar con esa persona.
2. Creer en la media naranja
El enamoramiento puede traer consigo una sensación de romanticismo equivocado cuando conduce a tópicos que ya deberían estar superados. Dos personas que se enamoran no son dos en una, sin embargo, como consecuencia del error descrito en el punto anterior, es decir, como consecuencia de ese hábito de vivir por y para alimentar esa relación, surge una falsa creencia de unión absoluta entre los dos.
3. Dejar de ser tú
Cuando pones tantas expectativas en gustarle, cuando te centras en aquello que puedes hacer para agradarle, entonces, pierdes parte de tu naturalidad. Sencillamente, porque el enamoramiento debería de fluir desde la autenticidad de tu propio ser. Deja que esa persona te conozca tal y como eres.
4. Dramatizar los imprevistos
Por ejemplo, cuando esa persona cancela el plan por un imprevisto y vienen a tu mente ideas exageradas en torno al desinterés que siente por ti, es posible que estés magnificando esta cuestión y no la veas en su contexto. Lo mismo ocurre cuando esperas con ansiedad una respuesta de whatsapp y consideras que el nivel de interés depende del tiempo que tarda en contestarte.
5. Pensar en boda
Todavía le estás conociendo, sin embargo, en tu mente ya surge el guión de vida que tienes establecido. Tal vez pienses en que esa persona será el amor de tu vida, será alguien con quien te casarás en el futuro o con quien te compres una casa. Cuando actúas de este modo, dejas que un futuro incierto condicione tu presente.
6. Pensar demasiado
Das vueltas y vueltas en torno a todos los detalles, te cuestionas qué significado tienen sus acciones y palabras, caes en el efecto de la rumiación mental encerrado en la nube de pensamientos en torno a hipótesis y presuposiciones. Pensar y reflexionar en torno a la relación es muy saludable, sin embargo, hazlo con medida. Observa; es igual de importante.
7. Poner tu felicidad en este amor
La felicidad es un concepto muy profundo. Si te has enamorado, entonces, es lógico que sientas la alegría de este momento. Sin embargo, tu felicidad no depende de esta relación. Depende de ti. Y esto es algo que deberías recordarte cada día al inicio de la relación.
8. Sentir que tú has inventado el amor
Te sientes tan único y tan especial. Sientes que estás viviendo un momento tan mágico de tu vida que, desde esta perspectiva, crees que no ha habido un amor en el mundo como este. Sin embargo, la realidad es que más allá de lo particular de cada historia, la esencia del amor es universal. Y conviene tener cuidado con esos espejismos que surgen en el inicio de amores centrados en la idealización porque el riesgo de ser víctima de la euforia es alto.
9. Prolongar un principio que no tiene futuro
A veces, la incompatibilidad de caracteres o de intereses comunes es evidente desde el inicio de la relación. Sin embargo, la tendencia de prolongar las citas con la esperanza de que la magia surja en el momento más inesperado, es una verdadera pérdida de tiempo. Y recuerda que tu tiempo es un bien muy preciado en tu vida.
10. Decir frases de amor eterno
Todo tiene su momento. Los «te quiero» en la tercera cita resultan irreales aunque parezcan sentidos verdaderamente. Las frases de amor eterno no se sostienen desde la visión de una relación incipiente en la que el vínculo es tan superficial.