Algunas relaciones de amistad se integran en el contexto de un grupo. Es una situación frecuente en la adolescencia o la juventud. Con frecuencia, los planes en grupo son especialmente divertidos y dinámicos. Sin embargo, las dificultades también aumentan cuando surgen desacuerdos entre varias personas. El distanciamiento entre dos amigos puede llegar a poner en riesgo la estabilidad del grupo. ¿Cómo solucionar los conflictos que se producen en un grupo de amigos? En el blog de mobifriends compartimos cinco consejos.
1. El papel del mediador: clave en la resolución de conflictos
Cada persona puede llegar a desarrollar un rol principal en ese contexto. Algunos perfiles destacan por sus habilidades de liderazgo. Pues bien, cuando surge una dificultad que implica a varios compañeros, conviene destacar la influencia positiva del mediador. Un amigo que media es aquel que acompaña a los demás en la búsqueda de una solución. No da la razón absoluta a una de las partes, es decir, no se posiciona en el conflicto de forma subjetiva. Intenta crear un punto de encuentro y diálogo para aclarar lo que ha sucedido.
El mediador alimenta el sentimiento de pertenencia en el grupo. Es alguien que une y crea un clima acogedor. Aporta una compañía muy nutritiva, como muestran las frases de amor y amistad.
2. Evitar que el conflicto se estanque y se cronifique durante meses
Tal vez conoces a dos personas que, pese a que compartieron grandes momentos de amistad en el pasado, actualmente no se saludan cuando se ven por la calle. Algunos de esos finales parten de una premisa previa: conflictos que se agravan cuando no se afrontan en la etapa inicial. Esa charla pendiente tiende a posponerse y aplazarse.
De este modo, esa dificultad inicial se transforma en un nudo que deriva en incomunicación, enfrentamiento y silencio. Pues bien, para que el conflicto en un grupo de amigos no se estanque, es esencial afrontar lo ocurrido con una disposición positiva.
La conversación no tiene por qué iniciarse de forma inmediata tras el enfado. Pero tampoco es conveniente dejar que pasen los días por pura inercia. Es aconsejable mantener un papel proactivo en el proceso. Por ejemplo, es posible concretar una fecha para mantener esa charla pendiente.
3. Ante todo, los miembros del grupo son amigos
En ocasiones, cuando se produce un conflicto en un grupo de amigos, cambia la menera de observar al otro. A veces, parece que fuese un enemigo, en lugar de alguien cercano. Es natural que pueda surgir el resentimiento, el desencanto y la decepción cuando se produce una situación incómoda a nivel emocional. Por ejemplo, cuando las expectativas personales se rompen. Sin embargo, los miembros del grupo son amigos.
Pero eso no quiere decir que todos los integrantes deban opinar del mismo modo, actuar de forma similar o tener un punto de vista común sobre un asunto. Algunos conflictos no están causados por hechos objetivos, sino por creencias limitantes.
4. Cambio de perspectiva: esencial para relativizar
El conflicto parece enorme cuando se exagera aquello que ha sucedido. El alcance de la situación es diferente cuando se relativiza. Eso no implica que algo importante deje de serlo. Es decir, no conviene caer en una posición similar al autoengaño. Sin embargo, recuerda que un contexto puede analizarse desde ángulos variados. Si cambias tu posición, es probable que puedas relativizar lo que ha pasado.
Es decir, es probable que compruebes que, en la balanza del grupo, sigue siendo más significativa la amistad compartida en común. Aplica el sentido común. Como puedes observar en tu experiencia como amigo, todo pasa. En definitiva, nada permanece de manera invariable. Incluso las emociones que surgen en la fase inicial de un enfado, se calman tras unos minutos.
5. Sentido del humor: clave en la resolución de conflictos
El sentido del humor incide de forma positiva en la resolución de conflictos en el grupo. Generalmente, la risa y las anécdotas divertidas unen a todos. Por ello, los comentarios distendidos aportan una nueva perspectiva de la situación. Es decir, el humor es una herramienta terapéutica que resulta esencial para relativizar lo ocurrido.
Cuando se produce un conflicto entre dos o tres personas de un grupo de amigos, esa situación afecta de algún modo a todo el sistema. Por ejemplo, si dos amigos dejan de mantener una comunicación cercana, es probable que esa tensión se traslade de alguna forma a los demás.
Los conflictos que se producen en un grupo de amigos no tienen por qué ser negativos. Simplemente, forman parte de la propia convivencia y de la evolución de la amistad. Esas situaciones también crean un marco propicio para extraer grandes aprendizajes. ¿Compartes tiempo de calidad con tu grupo de amigos pero quieres conocer gente nueva? En ese caso, puedes valorar diferentes cualidades en los demás. Por ejemplo, la capacidad de mediación.