El grado de felicidad que experimenta una persona en la vida cotidiana está en relación con el nivel de satisfacción que siente ante su día a día. La idea de hacer una pausa en el camino para reflexionar sobre los objetivos personales y profesionales, a veces, parece difícil de materializar en la práctica.
La agenda fluye al ritmo de las responsabilidades, los compromisos y las obligaciones. La urgencia y la prisa, en ocasiones, marcan el compás de las próximas horas. Sin embargo, un proyecto de vida es una planificación que va más allá del corto plazo. Un proyecto de vida sintetiza la esencia de la dirección en la que te gustaría dirigir tus decisiones en el ámbito personal y profesional.
1. Contextualiza tu proyecto personal
Más allá de cualquier deseo o expectativa, una meta tiene que ser realista. Por ello, es positivo que el guion se enmarque en el contexto desde el que partes. El desarrollo de un proyecto ilusionante no solo debe partir del análisis de las posibilidades, sino también de la comprensión de los límites. Las circunstancias también influyen en el contexto. Circunstancias que pueden analizarse desde el punto de vista económico, profesional, educativo, social y sentimental.
2. Programa acciones significativas
Un proyecto personal no se hace realidad por el simple hecho de estructurarlo sobre un papel. Es positivo que le des forma, pero lo verdaderamente esencial es que después traslades la información a la realidad. En ausencia de acciones verdaderamente significativas, la persona sigue permaneciendo en su zona de confort. Por ejemplo, los hechos que son la consecuencia de decisiones tomadas de forma consciente, son vitales para evolucionar.
Es positivo que tu proyecto de vida contenga acciones y hechos que, más allá de los resultados, aporten un sentido al presente. Visualiza aquello que quieres lograr, pero ten en cuenta que también pueden producirse imprevistos en el camino. Por ello, la propia búsqueda de la felicidad se enmarca en un proceso que está repleto de aprendizaje.
3. Busca el equilibrio entre desarrollo profesional y vida personal
Un proyecto de vida unifica distintos ámbitos de la existencia. ¿Qué ocurre cuando el trabajo ocupa tanto espacio que no deja margen para cultivar otras aficiones o disfrutar del tiempo libre del fin de semana? En ese caso, la persona experimenta incomodidad con la llegada de las vacaciones. El equilibrio es un ingrediente que conviene potenciar en la elaboración de un proyecto vital.
4. Actúa desde la libertad
El orden de prioridades que te ha acompañado durante el último periodo no determina el futuro. Existen puntos de inflexión que son la consecuencia del crecimiento personal. La libertad es un motor en la búsqueda de la felicidad.
Por tanto, despréndete de prejuicios, estereotipos e ideas limitantes si te encuentras en el momento de reflexionar sobre los cambios que quieres materializar en tu rutina. Tal vez sea muy importante para ti que personas cercanas comprendan los motivos de tus decisiones. No condiciones tu felicidad con una cuestión que no depende de ti.
Actúa desde la libertad sin dejar que el miedo te aleje de dar el primer paso para lograr una meta. El miedo al fracaso puede boicotear el proceso. Por ello, escucha la emoción y acéptala. Pero contextualiza y comprende aquello que sientes.
5. Identifica los valores más importantes
Hay un aspecto que conviene cuidar en la elaboración de un proyecto de vida. Identifica qué valores son más importantes para ti porque son una brújula que te ayuda a orientarte, incluso, en las situaciones más difíciles. Es posible que experimentes dudas y contradicciones.
Sin embargo, los valores te ayudan a conectar con tu centro. Además, es esencial que asumas tu responsabilidad en relación con las consecuencias que se derivan de las decisiones que has tomado.
6. Identifica qué es aquello que no quieres que cambie
Crear un proyecto de vida no implica partir desde cero. Existen aspectos que pueden modificarse porque ha surgido un nuevo orden de prioridades. Y, sin embargo, también puedes concretar qué aspectos que son importantes para ti ahora, deseas que sigan formando parte de la nueva etapa. De hecho, puedes encontrar un equilibrio entre el cambio y lo permanente. Las frases de amor alimentan tu autoestima para afrontar el desafío de iniciar un nuevo camino.
7. Observa el tiempo como una inversión
Una inversión que puedes orientar en distintas direcciones. ¿Con qué personas quieres compartir tu vida? ¿Y a qué objetivos quieres dedicar más espacio? ¿En qué lugares deseas crear un arraigo especial? La reflexión en torno a la brevedad de la existencia está presente en películas, poemas, canciones y libros de autoayuda. Aceptar la temporalidad del ser humano es esencial para diseñar un proyecto de vida.
Pero no solo pienses en el tiempo que te gustaría compartir con tu familia, recuerda que es esencial que encuentres instantes de calidad para disfrutar de tu soledad.
Crear un proyecto de vida que te ilusione es un reto que puedes asumir en diferentes momentos. Por ejemplo, al cumplir una nueva edad, después de una ruptura de pareja, en una mudanza o al buscar pareja. ¿Qué otros consejos quieres añadir?