Con mucha frecuencia esperamos a que lleguen días señalados en el calendario como las fiestas de Navidad, las vacaciones o los cumpleaños para quedar más con los amigos y tener muestras de afecto más especiales. Sin embargo, mientras reducimos el calendario a fechas más significativas perdemos de vista la gran oportunidad que nos brinda el día a día de compartir momentos personales de calidad.
Cada día es una nueva oportunidad para dar un abrazo, decir una palabra bonita o hacer un regalo a un amigo teniendo en cuenta que no existe mayor ofrecimiento que tu tiempo, tu presencia y tu compañía. Cualquier día es bueno para celebrar la amistad pese a que no siempre nos damos cuenta de ello porque en medio del día a día podemos terminar agobiados por el peso de las preocupaciones, la rutina, los miedos y luchas interiores que hacen que cada ser humano termine encerrado en sí mismo e incomunicado en ciertos momentos.