Está claro que en muchos momentos, la psicología humana no propicia el reencuentro inmediato con la pareja después de una discusión. Así lo muestra, por ejemplo, la situación de aquella pareja que tras haber tenido una pelea verbal, pasa el resto del día sin dirigirse la palabra. Este tipo de actitud es poco constructiva a largo plazo porque alimentar el efecto del orgullo, marca una distancia afectiva que se asemeja a un muro. Cada uno espera que sea el otro quien dé el paso de pedir perdón y disculparse. Es decir, cuando tu pareja cambia contigo, es posible que te desconcierte, y a la inversa.
El problema se agrava cuando este mecanismo de comportameinto se transforma en un hábito de conducta repetido. A punto de estrenar un nuevo año, bien merece la pena fomentar nuevos propósitos de amor para construir una relación sana. Hoy te proponemos un objetivo: no te vayas a la cama enfadado con tu pareja, haz antes las paces. Busca esa reconciliación, pide disculpas, ten un gesto bonito. Busca el encuentro interpersonal entre ambos porque esta higiene mental fortalece la relación. Y porque además, si no lo haces, es muy posible que en la mañana siguiente todo continúe del mismo modo.
No te vayas a la cama sin hacer las paces con tu pareja ya que además, la ira interior puede causar incluso dificultades para dormir bien como consecuencia de esas preocupaciones que alteran tu estado de ánimo. Por tanto, hacer las paces es un elixir de descanso reparador.
Cómo hacer las paces con tu pareja
Evidentemente, tampoco es recomendable describir el amor en términos absolutos de siempre o nunca. Es decir, no pasa nada porque en algún momento hayas actuado de este modo, sin embargo, si este esquema se repite una vez tras otra, entonces, sí surge un problema que pone en evidencia las carencias que tiene la pareja para solucionar las diferencias.
Si ya de por sí, tendemos a observar la realidad de un modo diferente cuando estamos enfados ya que en ese momento interpretamos los hechos desde la vivencia de la negatividad, los pensamientos negativos aumentan todavía más como consecuencia de esa tendencia habitual de dar vueltas a la cabeza en una noche en vela.
No te vayas a dormir enfadado, sencillamente, porque no quieres prolongar hasta el día siguiente el malestar de esta jornada. Haz que este día sea como un punto y aparte respecto de esa discusión. Intenta poner sentido del humor a la situación con algún gesto afectivo que invite a ese acercamiento entre ambos.
No te vayas a la cama enfadado porque, pocos motivos habrá tan importantes desde el punto de vista objetivo como para robarte el sueño. Y si, literalmente estás viviendo una relación en la que acumulas un disgusto tras otro, entonces, no mires hacia otra parte. Los problemas no se van a solucionar por dejar de hablar a tu pareja. Este es un hábito frecuente de parejas infelices. ¿Qué vas a hacer al respecto?
Tener la humildad de pedir perdón y hacer las paces antes de acostarte es un signo de inteligencia emocional que te beneficia, en primer lugar, a ti mismo. Y en segundo lugar, fortalece la relación de pareja gracias al desarrollo de la empatía, la escucha activa y mejores habilidades de negociación.
Ventajas de reconciliarte a tiempo
En lugar de irte a la cama enfadado con tu pareja, si necesitas hablar del tema, expresa tu deseo de charlar durante el día siguiente sobre ese asunto que ha quedado pendiente entre ambos con el fin de solucionarlo. Pero dejar de hablar a tu pareja es la peor solución. Tal vez no te apetece expresar frases bonitas de amor, sin embargo, si simplemente deseas buenas noches a tu pareja ya es un buen comienzo.
Uno de los momentos más importantes del día es ese en el que despides la jornada para comenzar tu descanso y sumergirte en un universo de dulces sueños. Hazte el favor de irte a la cama en paz con el universo.