Cuándo dejar de insistir en una relación

Cuando una persona está enamorada, el puro deseo de ser correspondida le lleva a insistir de forma tenaz para lograr el interés de esa persona especial. Sin embargo, conquistar el corazón de una persona es un objetivo muy diferente a cualquier otro individual, es decir, este aspecto es un tema de dos. Y existe un momento en el que, por pura salud mental, es muy importante cerrar esa puerta, resignarte y aceptar que esa historia no puede ser.

Y para simplificar el duelo, es mejor que aceptes la negativa de un modo definitivo, pero no empieces a engancharte a posibles esperanzas de futuro del tipo «ahora no puede ser pero tal vez algo cambie en el futuro». Lo más probable es que cuando superes esta historia seas la persona menos interesada en tener algo con esa persona. Y cuando no te quieren es mejor alejarse para siempre.

Cuando pasar la página de una relación

¿Cuándo dejar de insistir? Cuando te han dejado claras las cosas. Cuando tú sabes perfectamente lo que siente la otra persona. En ese caso, respeta su espacio, su vida y sus sentimientos. Insistir en este caso puede ser una forma de invadir la libertad ajena.

También puedes dejar de insistir cuando estás eternamente a la espera de que ocurra un milagro. Cuando el tiempo pasa, la vida avanza y siempre estás en el mismo punto. Observas cómo en tu entorno se forman otras parejas, se rompen otras, ocurren noticias importantes… Y sin embargo, tú tienes la sensación de haberte quedado estancado, poniendo a la espera toda tu vida al vivir por y para llamar la atención de tu conquista. Nadie es tan importante como para que tengas que hacer tales esfuerzos.

Tienes que darte por vencido cuando seguir ahí te hace daño. Cuando la ilusión de ese enamoramiento te da más disgustos que alegrías. Cuando las personas que de verdad te quieren te muestran su preocupación porque no te ven feliz. Y te aconsejan que cortes este lazo.

Cuando las palabras de esa persona o sus acciones te producen cierta ilusión en algún momento, pero la ilusión es un espejismo porque en la práctica nunca ocurre algo verdaderamente importante entre vosotros.

Deja de insistir en una relación cuando ya te has dado dos oportunidades y nada cambia entre vosotros. Al menos el cambio no es verdaderamente significativo. Conviene tener mucho cuidado porque algunos amores derivan en una especie de enganche psicológico. En este tipo de vínculo tan adictivo es posible experimentar una especie de síndrome de abstinencia después de la ruptura.

Deja de insistir en una relación que no te aporta lo que tú ofreces. O al revés, pasa página cuando sientes que tú no estás a la altura de lo que merece la otra persona y tienes una voz interior que te dice constantemente que algo no va bien. Escucha tu corazón.

Deja de insistir en esa relación cuando estás solo en este amor. Es decir, cuando te das cuenta que tú has creado una leyenda a partir de los momentos sencllos que has vivido con esa persona. Has idealizado todo lo ocurrido. En ese caso, es positivo que intentes abrir los ojos para observar las cosas tal y como son. Cuando te dicen «te quiero pero no estoy enamorado de ti«, entonces, ya te lo han dicho todo muy claro.

Tener amor propio para decir adiós

El amor propio es fundamental para tener la capacidad de cerrar una historia, sencillamente, porque esta historia ya no da más de sí. El argumento está totalmente agotado. Las frases de amor no correspondido deben recordarte que tú eres tan importante como para apostar por ti hasta el infinito. Es decir, tu verdadero compromiso de felicidad está en conexión contigo.

 Y en el mes del amor, en honor a San Valentín, lo mejor que puedes hacer es abrir los ojos si estás en alguna de las situaciones descritas anteriormente. Porque dejar de insistir en una relación que no da más de sí es salud mental. Salud para alejarte de cualquier tipo de obsesión o relación tormentosa. La vida es muy bonita en esencia. Conecta contigo para recuperar la luz de tu mundo.