La infidelidad es un hecho que con mucha frecuencia se niega o se reprime. Es decir, aquella persona que ha cometido un acto de este tipo suele ocultarlo durante mucho tiempo. En ocasiones, el hecho en sí es descubierto por las sospechas de la pareja. Aprender es un acto humano, por esta razón, conviene ir un paso más allá de la propia infidelidad en sí misma para alcanzar las lecciones que aporta.
Algunas personas parecen no aprender de la infidelidad puesto que repiten un mismo esquema de comportamiento a lo largo de su vida. Sin embargo, la ética es importante en el amor en la medida en que tus acciones no terminan en ti mismo, es decir, afectan a terceros.
Para tener una relación de pareja feliz es positivo poner en práctica valores como la sinceridad, la honestidad y la verdad. Es decir, antes de cometer una infidelidad una persona puede romper con su pareja si ya no siente lo mismo de antes. Pero engañar a alguien que no sabe que está siendo engañado es un claro ejemplo de debate moral.
En la escuela de la vida, las lecciones del amor son especialmente significativas. ¿Cuáles son las lecciones que puedes aprender de una infidelidad? Estas lecciones son el principal antídoto de toma de conciencia para no cometer este acto.
5 aprendizajes de amor después de la infidelidad
1. La infidelidad es el abono de la desconfianza. En ocasiones ocurre que una pareja no estaba atravesando una buena racha, sin embargo, la infidelidad se convierte en esa gota que colma el vaso y lo cambia todo de forma drástica. Este hecho, una vez descubierto, afecta a la comunicación de pareja, produce sentimientos encontrados y rabia contenida.
2. Placer a corto plazo, sufrimiento prolongado. Esta es la ecuación matemática de la infidelidad, una forma de expresar en este lenguaje la verdadera realidad del acto. Una infidelidad que aporta un placer a corto plazo, un placer al que no se resiste el infiel, sin embargo, después llega el sufrimiento.
No solo sufre quien es víctima de la infidelidad, también quien la comete. En algún momento experimenta remordimientos de conciencia y tiene que hacer un gran esfuerzo para ocultar su mentira.
3. El amor es frágil. Una persona está enamorada de otra pero en el mundo se encuentra con otros muchos seres humanos y puede experimentar atracción con alguien que no es su pareja. Esta es la realidad de la infidelidad. El amor puede dar un giro en el momento más inesperado.
4. El perdón es posible, pero difícil. La infidelidad duele tanto que aquella persona que se ha sentido víctima de este engaño tiene dificultades para perdonar realmente el hecho, aunque quiera. Un perdón entendido en términos de superación de esa situación y de olvido de la misma. Lo cierto es que aquella persona que ha vivido una infidelidad, no olvida nunca lo ocurrido porque ese hecho ha cambiado su vida en cierto modo. Esa situación le ha hecho sentir vulnerable.
5. La infidelidad afecta a la autoestima. Casi en la mayoría de los casos, en un primer momento, el daño de la infidelidad afecta al amor propio y la confianza que una persona tiene en sí misma. De hecho, es habitual que la persona se haga un montón de preguntas en la forma de un disco rayado que no puede controlar. ¿Por qué me ha tenido que ocurrir esto a mí? ¿Qué he hecho mal en esta relación? ¿Y si nunca me ha querido?
Aunque la persona suele desear encontrar las razones de lo ocurrido, la realidad es que en muchos casos, las razones no aportan la calma emocional. Lo que verdaderamente devuelve la calma emocional es la superación del duelo de esa decepción. Una superación del duelo que pasa por la aceptación.
La infidelidad es un acto evitable
Este es quizá uno de los aprendizajes más importantes del amor. La infidelidad es un acto que puede evitarse y, una vez que el infiel tiene la mente fría, y observa la situación con la perspectiva de cómo han ocurrido los hechos y los efectos que han producido en el entorno, entonces, en muchos casos se arrepiente. Porque a veces, la persona solo busca una aventura extramatrimonial, por ejemplo. Sin embargo, ser descubierto le ha llevado a la ruptura definitiva.
Además, la infidelidad obliga al infiel a ocultar una parte importante de su propia vida. Por ejemplo, a justificar ausencias en fechas señaladas con motivos laborales. El cine ha tratado el tema de la infidelidad desde distintos puntos de vista.
La película El Fraude (Arbitrage), cinta protagonizada por Susan Sarandon y Richard Gere narra la historia de una infidelidad de un hombre que es un ejemplo de hipocresía social en las altas esferas de poder. Alguien que aparenta una realidad distinta de la que vive realmente. Hasta las frases de amor suenan un tanto falsas cuando se producen en el contexto de la infidelidad de un amor clandestino porque el amor es luz y libertad.