Principales problemas de la convivencia en pareja

Los problemas de convivencia en pareja, con frecuencia parten de la propia inmadurez de la relación. Así ocurre cuando dos personas comienzan a compartir piso a los pocos meses de conocerse. Es importante tener un conocimiento realista del otro antes de dar el paso de compartir casa. ¿Por qué motivo? Porque la convivencia es una prueba de fuego para las parejas. Así como no es sencillo convivir con compañeros de piso en la etapa de estudiantes, es mucho más complejo crear un proyecto de pareja. Idealizar la convivencia como si fuese el final del cuento de hadas del amor es uno de los principales motivos de frustración de tantas personas cuando aterrizan de lleno en la rutina del día a día, asumen la complejidad de la intimidad constante. El compañerismo en la pareja es fundamental para hacer que la convivencia sea agradable.

Barreras de la convivencia en pareja

Por tanto, uno de los principales problemas de la convivencia es dar este paso cuando uno de los dos o ambos no están realmente preparados para darlo. Por otra parte, en la convivencia también surgen discusiones por temas que pueden ser en apariencia más superficiales pero que, con frecuencia, esconden vacíos emocionales más profundos de la relación. Por ejemplo, es posible discutir porque uno de los dos asume la mayor parte de las tareas de la casa, mientras que el otro evade su propia responsabilidad dando rienda suelta al desorden. También pueden surgir discusiones porque uno tiene la costumbre de hacer las cosas de un modo mientras el otro las hace de otro.

En la convivencia pueden surgir dificultades cuando no existe igualdad en los roles de ambos. Por ejemplo, tal vez uno siempre quiere imponer su propio criterio ante el otro. O también puede suceder que uno de los dos no asuma que la casa no es solo su casa sino que también la comparte con otra persona. Por tanto, es necesario poner normas comunes para hacer que la convivencia sea agradable para ambos. Y en muchos casos, las normas no pasan por las prohibiciones sino por la negociación. Por ejemplo, conviene acordar cuándo invitar amigos a casa si se va a organizar una fiesta de fin de semana.

La vida laboral es compleja vista desde el punto de vista individual en una sociedad en la que las jornadas de trabajo se prolongan hasta el infinito y las condiciones de salario, en muchos casos, también son muy mejorables. Si a eso se le suma la dificultad de conciliar dos jornadas de trabajo con horarios diferentes, entonces, surge un nuevo problema de convivencia puesto que dos personas pueden experimentar la complejidad de estar viviendo juntas, y por el contrario, verse muy poco. Porque cuando la una llega a casa del trabajo, la otra persona se marcha a hacer su turno.

Algunas personas quieren que todo sea tan especial y perfecto durante el primer año de convivencia, un año de por sí complejo puesto que representa la adaptación a rutinas comunes, que ese estrés puede pesar en exceso sobre el corazón en forma de responsabilidad.

Uno de los principales problemas de convivencia sentimental es que va ganando terreno la rutina, frente al romanticismo de los inicios. El factor sorpresa es cada vez más reducido. La convivencia rompe especialmente con las expectativas de quienes aspiran a sentir mariposas constantes en el estómago y frases lindas de amor.

También pueden surgir discusiones por cuestiones de presupuesto sobre gestión de la economía familiar. Y es que, aunque la idea de que el dinero no da la felicidad, es cierta, también es cierto que muchas de las preocupaciones de pareja pueden estar producidas por dificultades económicas. Un hogar es un lugar vivido, y pueden surgir diferencias en el cómo se desea vivir ese hogar. Es decir, qué proyecto tiene cada uno a largo plazo.

Cómo superar las dificultades de la convivencia

No te quedes en los detalles puntuales de la convivencia, es decir, en esas posibles manías del otro que te incomodan. Intentan observar la totalidad de tu historia para dar un sentido más profundo a este proyecto común. Intenta observar esta nueva etapa como una oportunidad de aprendizaje para conocerte mejor a ti mismo, fomentar la paciencia, potenciar la escucha activa en las conversaciones en torno a la mesa, organizar planes en casa y dar a tu hogar la forma y el fondo con el que siempre habías soñado. Pero hazlo siempre en colaboración con tu pareja porque lo ideal es que esa casa refleje el modo de ser de ambos.