El ser humano es un ser complejo a nivel intelectual y también a nivel volitivo. El nivel de los deseos tiene muchos matices y formas, y es que, aunque a veces, una persona puede tener muchas ganas de tener pareja, ese deseo a su vez, también puede producirle tanto temor que de forma incosciente en lugar de acercar el amor lo aleja.
Se trata de algo lógico puesto que el amor surge con mucha más facilidad desde la natulidad y la espontaneidad entre dos personas. De hecho, la autenticidad es la mejor arma de seducción, la capacidad de mostrarte tal y como eres, el poder de tener una conversación interesante y amena… Sin embargo, cuando una persona tiene tantas ganas de encontrar el amor transmite cierto eco de ansiedad y desesperación. Dos emociones nada positivas ante las que cualquier persona se aleja. Puesto que no se trata de emociones que provoquen alegría sino tristeza y rechazo.
Por eso, cuando una persona no encuentra pareja aun deseándolo tal vez debe de pararse a observarse a sí misma y analizar sus comportamientos. También puede suceder que una persona se escude en la idea de conocer a una persona perfecta para no arriesgarse en realidad a conocer a alguien real. Aquel que vive obsesionado con la perfección, tarde o temprano, cada vez que conoce a una persona, decide poner punto y final a su historia porque ha descubierto algún que otro defecto.
Detrás de este comportamiento totalmente inconsciente no existe más que el miedo de uno mismo de mostrarse ante el otro y que el otro pueda descubrir partes de uno mismo que no le gusten. Pero en última instancia ese es el amor verdadero, aquel que supone la aceptación mutua de virtudes y defectos. De hecho, una pareja perfecta es aquella en la que ambos se ayudan mutuamente para ser mejores personas, vivir mejor y crecer interiormente.
Para encontrar el amor primero tienes que relajarte y, sobretodo, aceptarte para que otra persona pueda quererte tal y como eres. Así podrás concederte el gran privilegio de amar y ser correpondido por el otro. El miedo implica el temor a la pérdida o al rechazo pero está claro que ese es un riesgo que va implícito en la propia esencia del amor puesto que nunca podemos controlar la voluntad de otra persona igual que otra persona no puede acceder a nuestra capacidad imprevisible de elección.
Cuando alejas el amor de manera inconsciente te sientes mal, porque terminas tropezando mil veces en la misma piedra al ser víctima de tu falta de valentía emocional. Espero que pronto puedas protagonizar tu verdadero cuento de hadas, pero eso sí, espero que tu cuento sea real y no como el de las películas.
Foto vía: Taringa