Lo que debería ser placentero para muchos, para otros no lo es tanto. Pasar mucho tiempo juntos cuando no se estaba acostumbrado, puede resultar abrumador para algunas parejas.
Luego de las vacaciones, es habitual que se produzcan más rupturas de pareja que durante el resto del año. Regresar a la rutina, a las obligaciones y preocupaciones diarias, son situaciones estresantes que influyen directamente en el plano amoroso.
El hecho de convivir a tiempo completo en vacaciones, fuera del ámbito cotidiano, favorece a que las diferencias se acentúen o por lo menos, que se preste mayor atención a ellas. Por ello, tras las vacaciones muchas parejas deciden separarse por considerar que sus diferencias, son insalvables.
El Síndrome post-vacacional es un mal que afecta a muchas parejas. Para evitar que también la tuya lo padezca, será necesario en estos casos, dotarse de tolerancia, comprensión y aprovechar ese mayor tiempo juntos para escucharse, dialogar y construir la pareja en lugar de dejarse llevar por el entorno y ver en cada pequeño detalle, un motivo para enojarse y distanciarse.
Pero tampoco, hay que echarle todas las culpas a las vacaciones. Si bien es cierto que éstas pueden contribuir a acelerar una ruptura, la realidad es que tampoco nadie se separa a causa de ellas, sino que el desgaste en la pareja, es un proceso que seguramente ya se venía dando con antelación a causa de otros factores, y las vacaciones sólo pueden llegar a ser «la gota que rebalsa el vaso».
Las vacaciones pone a pruebas a muchas parejas, por ello es importante que al regresar de las mismas, se comience paulatinamente a recuperar el ritmo de trabajo y la rutina, para no sentir demasiado el cambio y que el mismo, no sea tan abrupto.
Las vacaciones deben ser motivo de alegría, de bienestar, un tiempo para pasarlo junto, enriquecerse como pareja y sobre todo para descansar, relajarse y divertirse.
¡Aprovecha las vacaciones para disfrutar en pareja!
Imagen de Sergio DJT tomada de Flickr