
Las relaciones no deberían convertirse en un juego de las adivinanzas, sin embargo, cuando no existe una auténtica reciprocidad, es habitual que se produzca esta paradoja de la confusión. La verdadera dificultad se produce cuando una de las partes no puede soltar a nivel emocional esa historia y sigue a la espera con la confianza de desvelar el enigma: qué siente realmente el otro y qué quiere. ¿Qué hacer si un hombre te confunde y juega con tus sentimientos?
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