La Navidad es una época del año en la que la vida familiar se intensifica en la mayoría de los casos. Y estos encuentros personales pueden traer consigo grandes alegrías pero también, posibles inconvenientes como muestra el malestar que experimenta una persona cuando se sienta en la mesa junto a un cuñado con el que no tiene simpatía.
Lo cierto es que, en algunas ocasiones, dependiendo de la situación, conviene hacer balance de si realmente conviene seguir participando de unas tradiciones familiares que pueden ir en contra del propio bienestar personal. Esto es lo que ocurre cuando como consecuencia de un suceso grave, una persona siente un gran estrés y ansiedad.
Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, las situaciones no son tan graves como para cortar el contacto con la familia ya que además, el precio de hacerlo es doloroso porque los seres queridos representan el valor de las raíces. Puedes marcarte el reto de hacer amigos en Navidad en tu propia familia. ¿Cómo reducir los conflictos familiares durante la Navidad?