Nada vuelve a ser como antes

Muchas personas viven con la angustia del ayer sobre su espalda. Tienen un recuerdo que pesa toneladas. Un desamor, con el que tal vez, siguen soñando. Y ante ese tipo de situaciones, la mente te empuja hacia el ayer. Sin embargo… ¿De verdad es posible volver al pasado para sentir lo mismo de hace unos años? ¿Es posible volver a ese punto exacto que marcó tu vida?

Sencillamente, la realidad es que no. Al menos, en la gran mayoría de los casos, una vez que se rompe algo entre dos personas, se produce el desencanto, la decepción, la tristeza, la rabia, es decir, cae por completo esa imagen ideal que se tenía del otro. De este modo, esa imagen se hace pedazos y es imposible recuperar el pasado. Sucede como cuando una figura de barro se rompe en un montón de trozos.

Por mucho que utilices el pegamento para recomponer la figura, la realidad es que algo ha cambiado en su esencia. En una historia de desamor o de decepción de una amistad sucede del mismo modo. De hecho, lo puedes comprobar tú mismo en primera persona. En caso de que quieras recuperar tu pasado junto a una persona que te hizo sufrir, puedes tomar la iniciativa de llamarle y de quedar por teléfono. Sin embargo, verás que nada es como habías imaginado en tu mente.

A veces, la tentación de la perfección del recuerdo te lleva a idealizar una situación. Pero en realidad, no debes desperdiciar tu presente por un pasado que ya fue y dio todo lo que pudo de sí. Las cosas pasan por algo. Tal vez, una historia que te marcó en negativo y de la que no logras encontrar un significado, te lleve hacia un lugar mejor. Evidentemente, existen gratas excepciones a la norma. Casos en los que segundas oportunidades sí son buenas.

Pero en ese caso, nada sucede por casualidad. Es decir, las personas que logran que una segunda oportunidad dé un fruto mejor es porque han tomado el tiempo como una oportunidad para el aprendizaje y para sumar sabiduría. Se trata de evitar cometer los mismos errores de siempre, para conocer mejor a la persona que tienes al lado. Cuando el espejismo del pasado se asome por tu mente, piensa simplemente, que nada volvería a ser como fue. Por tanto, evita retroceder marcha atrás porque la vida siempre se vive mirando hacia delante.

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Imagen: Érase una vez una princesita