En la sociedad actual, las redes sociales son una nueva prolongación de la vida. Es decir, no debemos observar ambos planos como si uno fuese el real y otro el artifical porque lo importante es que incluso en el entorno virtual aspires a ser la mejor versión de ti mismo y proyectes tu propia esencia. Un estudio realizado por la Universidad Brunel en Reino Unido concluye que las parejas felices no están tan pendientes de posar para compartir selfies de sonrisa perfecta como hacen aquellas parejas infelices que se preocupan por el qué dirán.
Lo cierto es que más allá de los resultados de este estudio, y al margen de la situación sentimental de cada protagonista, no debemos caer en la trampa de querer proyectar una apariencia de perfección absoluta y de eterna felicidad en los distintos ámbitos de la vida porque la apariencia siempre tiene un matiz artificial, un trasfondo diferente. Pero además, tampoco tiene sentido querer alimentar una apariencia pensando en el qué dirán. Lo importante es que tanto si estás en pareja como si estás soltero, disfrutes de la vida y compartas a través de mobifriends, por ejemplo, aquello que a ti te apetece.
La felicidad de la pareja no se confunde con la apariencia
La felicidad no es un escaparate porque tampoco es una entidad material que pueda atraparse entre los dedos. De hecho, muchas de las sonrisas de los selfies dejan tras de sí la sensación de vacío de quien se esfuerza demasiado por proyectar esa imagen. Las sonrisas naturales se notan.