La violencia en la pareja es una realidad que está llena de tópicos. Y es que, no sólo existen casos de personas mayores, con una relación estable, en donde existe un vínculo tóxico basado en la violencia. Existen generaciones vinculadas con el machismo, sin embargo, en la actualidad, los casos de violencia en parejas adolescentes son una realidad enmascarada por el miedo. Y también, porque a veces, se confunden los celos con otras emociones: “Me tiene en cuenta”, “se preocupa por mí”, «no le resulto indiferente”.
La violencia en el seno de la pareja implica una situación de desigualdad. Es decir, en una discusión no existe una situación en donde los dos se colocan en igualdad de condiciones, sino que uno de ellos, el agresor, humilla a la víctima, le ridiculiza y la cosifica como si fuese un objeto.
La violencia puede ser no sólo física sino también, verbal. De hecho, padecer este tipo de sufrimiento durante mucho tiempo produce un gran dolor que influye de una forma negativa en la autoestima, en el amor propio, en la capacidad de decisión… Esta es una de las razones por las que a pesar de la cantidad de dinero que se invierte en anuncios en contra de la violencia de género, algunos expertos explican que todavía quedan por encontrar fórmulas que sean más eficaces. Una víctima que se siente débil: ¿Tiene la fuerza suficiente como para llamar al teléfono de mujeres maltradas y pedir ayuda? En muchos casos, no.
¿Cómo poner fin a la violencia de género? Es un tema muy difícil que implica de mucha investigación para conocer las causas que producen la violencia y también, para poder detectarla a tiempo como tal. La violencia se refleja especialmente a través del control. El agresor quiere tener continuamente controlada a su víctima por ello, es habitual que le mande mensajes de texto para preguntarle dónde está. La manipulación es otra forma de chantaje habitual sobre la víctima. Además, el agresor también suele querer aislar a la víctima de todo su entorno para poder actuar con más impunidad.
La violencia es una situación grave que muchas veces, termina de forma trágica. La violencia de género no tiene nada que ver con el amor, ni con el respeto, por ello, ninguna víctima debe de seguir ahí por la simple esperanza de “cambiará por mí”. El ejemplo de aquellas personas que ya han tomado su decisión de salir del dolor puede servirte de ayuda.
Imagen: Fotolog-Aidepalmen