Parece mentira que en la época en que nos encontramos todavía sigamos siendo partícipes de casos de violencia doméstica. El lado más oscuro del ser humano se muestra en forma de noticia en los telediarios a través de la muerte de mujeres que perdieron la vida a manos de sus parejas. Una situación dolorosa al extremo de no entender qué está fallando en la sociedad actual para que esta lacra siga adelante.
La realidad es que ninguna mujer debería aguantar el más mínimo gesto de violencia doméstica. Y en más de una ocasión, un golpe empieza a tener sus precedentes en insultos, malos modos y humillaciones que lejos de fomentar la dignidad del ser amado sólo destruyen su autoestima. Lo cierto es que los hombres también pueden sufrir violencia por parte de sus mujeres.
La violencia no sólo puede ser física sino también verbal. Parece un tópico pero es verdad, existen palabras que dejan una huella en el alma durante mucho tiempo. Cicatrices que resultan muy difíciles de borrar. Pero sin duda, un golpe a nivel físico, no sólo produce dolor corporal sino también, dolor en el alma. Un dolor que procede de un concepto de amor equivocado.
Nadie debe tener la esperanza de cambiar a otra persona. Nadie debe seguir ahí aguantando gestos que sólo producen miedo. La realidad es que el temor aumenta en la misma medida en que crece la violencia. Lo que más sorprende de los casos de violencia de género es que también se producen casos en parejas muy jóvenes que supuestamente han tenido una formación alejada del machismo.
Aquellos hombres que utilizan la violencia como una forma de coacción o autoridad no merecen ningún tipo de respeto. Y mucho menos, no merecen ningún tipo de amor, aunque suene cruel decirlo. Un amor que es de verdad te ayuda a estar bien contigo mismo, sientes que puedes contar con esa persona especial para ti no sólo en los buenos momentos sino también en los malos. No tienes miedo de mostrar tus defectos delante de él porque te quiere tal y como eres.
Siempre debes cuidar de ti y no como una idea egoísta sino como un principio básico de tu autoestima que te ayudará a rodearte de aquellas personas que te valoran y te quieren de verdad. La verdad es que, a veces, algunas personas tienen demasiada prisa cuando inician una relación de amor. Merece la pena tener paciencia para conocer de verdad al otro. Observar cómo se muestra en su rutina diaria, cómo es su carácter, cómo se comporta también con sus amigos y familiares.
Imagen: Contravalanchas