Aquel que desconfía del amor, en el fondo, desconfía de sí mismo y de su propia capacidad de querer o de ser querido. Es decir, si se quiere superar el miedo al amor, entonces, es necesario reflexionar sobre uno mismo, mejorar la autoestima, practicar la aceptación interna y dar las gracias. Sólo así es posible lograr el eterno sueño: la correspondencia que produce alegría. Por el contrario, el desamor y el rechazo implica una herida abierta en el tiempo que cicatriza de forma lenta.
Tal vez, en la sociedad actual, las estadísticas aportan datos un tanto alarmantes sobre la situación un tanto general de las relaciones interpersonales. Prisas, encuentros esporádicos, rupturas y nuevos fracasos salen a la luz no sólo en las estadísticas sino también en nuestro propio entorno. Pero en el amor no importan las estídísticas no se puede hablar de sentimientos remitiendo a cifras ya que el único responsable de tu propia historia eres tú. Es decir, no importan los demás sino tus ganas de construir tu propia historia de amor junto a la otra persona que sea especial.
Las circunstancias no determinan la voluntad individual y particular. El mejor medio para construir un amor es la creatividad, la imaginación, las ganas de estar con la otra persona y sentir que cuanto más le conoces más ganas tienes todavía de saber más datos sobre su mundo interior. El amor es posible, ayer, hoy y siempre. Sólo hace falta enamorarse de verdad y ser honesto con uno mismo y con el otro.
La prisa no es buena consejera. Es bueno dar tiempo al tiempo. Disfrutar del sentimiento. Aquel que piensa que en sólo dos meses se puede conocer a otra persona está equivocado porque tiene una noción distorsionada de la profunddiad de la naturaleza humana rica en matices y formas. Aquellas personas que creen que se puede llegar a conocer al cien por cien al otro entonces vivirán un amor con fecha de caducidad o condenado al aburrimiento. El amor se renueva como cualquier relación.
El amor es lo mejor que te puede pasar, pero sólo, cuando encuentras a la persona adecuada. Saber cuándo estás a ante esa persona es simplemente una certeza interior que tiene tal fuerza que no necesitas más ciencia que la voz de tu corazón para saber que puedes confiar.
Cuando estás ante la persona adecuada, no tienes miedo, al revés, tienes ganas de vivir. Cuando estás frente a alguien especial el camino se torna mágico de forma inconsciente. El mundo entero, sencillamente, desaparece.
No pierdas tu fe en el amor, no dejes que la ilusión se marchite, piensa en tus sueños de adolescente y no dejas que muera esa fuerza interior dentro de tí. Más allá de las decepciones merece la pena confiar en las personas. Ven y visita Mobifriends
Una respuesta a “Reflexiones sobre el amor”
Maite: me alegro mucho de que no solo yo sino todos los que accedemos a tus reflexiones podamos gozar y dejarnos orientar hacia el buen camino que hemos de tomar si queremos alcanzar la ansiada felicidad a la que estamos llamados. una parte muy importante de ello es, como muy bien dices, el desarrollo personal a traves del ejercicio del amor en todos los sentidos. sin duda el amor entre dos personas, mas alla de un sentimiento y una atraccion inicial, nos encara con lo mejor de la vida: autoestima, entrega, dedicacion, gratitud… tantas cosas que van de la mano del ejercicio del verdadero amor… gracias y espero tengas todo el exito que tu carrera merece!