Tanto las parejas que se casan como aquellas que apuestan por la convivencia tienen que superar la prueba de fuego de la adaptación de una nueva situación. Lo cierto es que la convivencia diaria tiene muchos menos momentos románticos que los planes de novios. Por ello, conviene ser realista entendiendo que ningún resultado se consigue sin esfuerzo por ambas partes y sin respeto.
Cada persona tiene sus costumbres que ha ido interiorizando a través de la educación que ha recibido en su familia y de aquello que ha visto en casa. Y aunque pensemos que nuestro modo de hacer las cosas es universal, en realidad, existen tantas formas de interpretar una misma realidad como personas diferentes. Dos personas que inician su primer año de convivencia pueden discutir por detalles tan simples como si el otro ha tendido mal la ropa.
En la etapa de noviazgo es más fácil mostrar el lado bonito que cada uno de nosotros tenemos, sin embargo, en la convivencia salen a la luz no sólo las cualidades positivas sino también, las rarezas y las manías de cada uno. Esta convivencia puede servir para desmitificar la imagen ideal que una persona se ha construido de otra a partir del enamoramiento.
Es importante tener buena voluntad por ambas partes, sentido del humor y también, ser conscientes de la necesidad de establecer límites para que convivir juntos no sea estar siempre juntos. Es sano y necesario que cada uno tenga su propio espacio.
Por otra parte, resulta eficaz elaborar un calendario de horarios para realizar las tareas de la casa para que de entrada, ambos tengáis claro qué tenéis que hacer para que esté todo en orden. Del mismo modo, si una de las partes asume el rol de ser maniática de la limpieza es importante que se modere en sus comentarios y que no caiga en la manía persecutoria de corregir constantemente al otro cuando ha limpiado.
La casa es un lugar para vivir y disfrutar, lo peor que puede hacer una pareja es convertirse en una esclava del hogar dando prioridad a la estética por encima del propio bienestar.
Del mismo modo, si las visitas inesperadas te ponen nervioso al principio, entonces, puedes hablar con tus familiares más cercanos para que te llamen antes de visitarte y así concretar una hora en la que puedas tener todo organizado para ser un buen anfitrión. El tiempo y la experiencia propia te ayuda a desvelar los secretos de la convivencia.
Foto – Ocassa
2 respuestas a “El primer año de convivencia es el más duro”
soy un hombre solo y estoy dispuesto a conocer ala pareja ideal que llene my vida con algo Nuevo somos seres temporalis y el vivir cada dia en su maximo explendor es un reto que debemos tomar
Tu mensaje es muy bonito, en Mobifriends puedes conocer gente divertida.