La distancia interpersonal envuelve una paradoja. A veces, más allá de la contradicción aparente, es posible sentir soledad al lado de una persona que está cerca. Experimentar la apatía latente que surge del aburrimiento existencial junto a otro. En cambio, puede experimentarse compañía, apoyo y amor junto a alguien que está lejos. El pensamiento puede ir más allá del momento presente mediante el recuerdo y también puede superar fronteras mediante la imaginación. La distancia interpersonal no es equivalente al recorrido espacial medido en kilómetros. En ocasiones, existe un muro invisible en una pareja rota. Un muro metafórico que no se ve pero se siente en forma de incomunicación, rabia y resentimiento.El amor en la distancia es la máxima expresión de la espiritualidad del alma. Cualquier persona enamorada es capaz de superar los obstáculos que ofrece la distancia para construir los cimientos de una relación fuerte y sólida. Una unión que debe estar basada en el diálogo, el respeto y la confianza. Valores que deben cultivarse día a día por ambas partes mediante las ganas de sorprender al otro, la comunicación telefónica o virtual y los viajes. La distancia sólo se reduce al compás del contacto frecuente, de lo contrario, existe el peligro de que dos enamorados se conviertan en dos extraños que cada vez comparten menos de sí mismos con el otro.
En principio, la distancia no representa la situación ideal de una pareja. Sin embargo, nadie decide de quién se enamora ya que el amor en sí mismo es un acto involuntario (aunque la adquisición de un compromiso represente un acto consciente). En ocasiones, las circunstancias del azar, el destino o sencillamente, asuntos laborales pueden conducir a una pareja a vivir su amor de forma temporal en la distancia. Una situación que va acompañada del romanticismo que procede de la idealización del otro. La ansiedad creciente ante la espera de un reencuentro. Y el sentimiento de añoranza. Ingredientes que compensan el sacrificio enorme que implica cierto grado de renuncia cuando se ama a alguien que vive a kilómetros de distancia.
En la actualidad, las nuevas tecnologías favorecen el encuentro entre dos personas que viven en diferentes ciudades. La comunicación online ofrece una alternativa al contacto directo y presencial. Además, la expresión escrita puede convertirse en un verdadero regalo para el otro. Un regalo que como en el caso de una carta o un correo electrónico puede guardarse para el recuerdo. Recuerdos que son un símbolo en la construcción de una historia en letras mayúsculas.