El tiempo no se pierde puesto que el ser humano no tiene el tiempo como entidad material en sus manos, es decir, no se trata de una propiedad sino de una realidad que afecta a todo lo existente. El paso del tiempo no sólo afecta al mundo físico sino también al mundo espiritual.
El cuerpo envejece con el paso de los años, pero el espíritu también se vuelve más sabio, es decir, se transforma. En otras ocasiones, también sucede que el corazón se cierra como consecuencia de una decepción amorosa o una traición. (más…)