En la vida protagonizamos encuentros y también desencuentros. De forma constante conocemos a nuevas personas, sin embargo, son muy pocos los contactos estables que permanecen desde la infancia hasta la vejez.
El amor invita a perseverar tanto en el ámbito de la amistad como en el de una relación sentimental. De hecho, si nos dejásemos llevar por el orgullo tiraríamos con frecuencia la toalla a la primera de cambio. No tendríamos la capacidad de disculpar, de perdonar o empezar de cero. (más…)