Una de las consecuencias directas de muchas rupturas es el sentimiento de culpa que experimenta aquel que siente que ha roto el corazón de su pareja. Este sentimiento aumenta cuando la pareja ha compartido mucho tiempo en común, y quien toma esta decisión es consciente de la valía que tiene la otra persona. Le quiere pero no en la forma en que le gustaría. Es entonces cuando surge la culpabilidad los sentimientos de herir a una persona a la que valora y aprecia de verdad. Sin embargo, no existe ese tipo de amor que realmente es la base de la relación.
El sentimiento de culpa puede ser tan fuerte que algunas personas posponen durante mucho tiempo la decisión de romper de un modo definitivo, ante la esperanza de que algo cambie. Sin embargo, generalmente el otro algo intuye, y siente mensajes del tipo; «mi pareja me quiere dejar«.
Cómo evitar la culpa en la ruptura
Intenta no analizar la ruptura desde el punto de vista de la connotación moral. La verdadera ética de una ruptura no reside tanto en el gesto de romper en sí mismo, como en el hecho de tomar la decisión correcta siendo coherente contigo mismo y también, con la otra persona que merece lo mejor de ti. Nadie merece ser querido por lástima o compasión.