Siete características de las relaciones intermitentes



Siete características de las relaciones intermitentes

Una relación con futuro es aquella que se caracteriza por su continuidad en el tiempo. Sin embargo, una historia también puede perdurar a pesar de prolongarse al compás de pausas frecuentes. Esta es una de las dinámicas que identifica a las relaciones intermitentes: la sucesión de rupturas y reconciliaciones. ¿Cuáles son las características de las relaciones intermitentes? En el blog de mobifriends describimos este tipo de vínculo.

1. Problemas que permanecen

Las parejas deciden romper porque tienen uno o varios motivos para ello. Pero después se reconcilian sin haber clarificado verdaderamente las causas del distanciamiento. Por ello, las razones del conflicto vuelven a surgir nuevamente en el seno de la relación.

2. La unión experimenta un desgaste progresivo

Aparentemente, el reencuentro está acompañado por la motivación, el compromiso, la alegría y el deseo de compartir la vida en compañía. Sin embargo, el propio amor se desgasta como consecuencia de la tensión permanente que produce un vínculo tan imprevisible. Cada ruptura va sumando nuevos reproches y recuerdos dolorosos en el corazón de los protagonistas.

El desgaste progresivo afecta a la relación desde un punto de vista holístico. Daña la confianza, la comunicación y el proyecto de vida compartido en común.

3. Tienen giros bruscos y repentinos

Dos personas que se aman pueden hacerse muchas preguntas sobre su futuro en común más allá de las circunstancias. Nunca es posible predecir con exactitud la evolución de una historia de amor. Y, además, toda previsión puede romperse después.

Sin embargo, el grado de incertidumbre se intensifica al máximo en una relación intermitente que está marcada por los giros repentinos. Los contrastes son recurrentes como muestran aquellas rupturas que se producen después de la aparente complicidad de otros días previos.

4. Producen una continua adaptación al cambio

Cada ruptura y cada reconciliación producen la necesidad de estar permanentemente más allá del horizonte personal que define la zona de confort. Cuando ambos ya habían tomado la decisión de alejarse, vuelven a reencontrarse poco tiempo después. Y tras haber dado el paso de comprometerse de nuevo, surge una discusión que determina el motivo de otro alejamiento.

Sin embargo, la adaptación al cambio que se enmarca en este proceso no impulsa el desarrollo personal, el crecimiento interno y la evolución. En realidad, los miembros de la pareja permanecen estancados en un bucle que no se rompe.

5. Se caracterizan por la sucesión de errores repetidos

Cada nuevo reencuentro es una oportunidad para aprender del camino previo, para afianzar el amor en el presente. Sin embargo, eso es algo que no ocurre de forma verdaderamente relevante en el seno de una historia de amor intermitente. De hecho, la sucesión de errores repetidos es la que propicia la causa de un nuevo distanciamiento. Todos los asuntos pendientes de resolver también se mantienen tras un reencuentro.

Sin embargo, en ese instante pasan más desapercibidos porque los implicados en la historia ponen el foco en un objetivo diferente. Los defectos, las limitaciones, las imperfecciones y las debilidades de la relación no desaparecen. Siguen allí y en algún momento adquieren un peso importante.

6. Falta de responsabilidad afectiva

En las relaciones intermitentes se produce una falta de responsabilidad afectiva con uno mismo y con el otro. Las palabras, las promesas y el comportamiento individual tienen consecuencias. Transmiten una información que es valiosa para el interlocutor.

Pero las expectativas se rompen con facilidad cuando cada uno no es verdaderamente responsable con sus propios actos. Por ejemplo, las bellas palabras pronunciadas después de un reencuentro caen pronto en el olvido cuando se produce un enfado. Es decir, las frases de amor eterno no son el reflejo de un compromiso fuerte y duradero.

7. Los miembros de la relación no se aman verdaderamente

Sin embargo, sí tienen un alto nivel de dependencia. Por ello, durante la fase de la ruptura, no se dan el tiempo necesario para vivir todas las etapas del duelo. Y el duelo se ve interrumpido por la decisión de un reencuentro. Algunas de las emociones que una persona experimenta después de la ruptura pueden ser muy incómodas. Echar de menos al otro es una vivencia habitual. Y, sin embargo, la añoranza no es sinónimo de querer volver a vivir un presente en común.

Las parejas intermitentes están protagonizadas por personas que se han acostumbrado a estar juntas. Y viven algún tipo de apego o de dependencia. Los protagonistas llevan a creer que las constantes reconciliaciones son un síntoma del inmenso amor que se tienen. Es decir, experimentan creencias limitantes que condicionan la lectura que cada uno hace de su historia de amor.

Las relaciones intermitentes también pueden ser complejas para el entorno cercano de amigos y familiares. Ellos observan con más distancia y, por tanto, con más objetividad, lo que ocurre en el seno de la historia. Sin embargo, es importante que sean los propios protagonistas quienes se den cuenta de que hay algo que debe cambiar en la relación para que el vínculo funcione. ¿Cuál es tu opinión sobre las relaciones intermitentes? Si quieres buscar pareja, reflexiona sobre cómo te gustaría que fuese ese lazo tan especial.

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