El enamoramiento, en ocasiones, surge a partir de la amistad. A veces, el lazo entre los amigos estaba marcado por la magia de una amistad verdadera, íntima y profunda.
En otras ocasiones, este vínculo surge a partir de un contacto más superficial que evoluciona en la dirección del enamoramiento. Enamorarte de un amigo no es sinónimo de ser correspondido, como ocurre en cualquier tipo de lazo sentimental.
Pero cuando descubres que tu mejor amigo sí siente lo mismo por ti, te sientes afortunado y feliz por vivir una historia que avanza en un nuevo capítulo. Existe una película que describe esta situación: La boda de mi novia, una cinta de cine romántico protagonizada por Patrick Dempsey y Michelle Monaghan.
Enamorarte de un amigo y ser correspondido del mismo modo es un deseo que crece con fuerza en tu interior cuando imaginas un futuro a su lado. Sin embargo, una de las claves para disfrutar verdaderamente el presente es no hacer tantas suposiciones.