La felicidad, esa palabra tan ideal, es fundamental en una relación de pareja en la que dos personas se sienten bien consigo mismas. Cuando una relación de pareja es gratificante, entonces, la compañía del otro resulta agradable. Por el contrario, cuando dos personas son infelices juntas, aunque se nieguen a verlo, se han convertido en una molestia la una para la otra. Se trata de una compañía incómoda.
Eso no significa que una etapa de infelicidad sea sinónimo de ruptura. Pero lo que sí debe ser es un estímulo para hacer cambios. Si deseas que tu relación siga por el mismo camino, entonces, sigue haciendo lo mismo. Si deseas que tu relación mejore, entonces, haz cambios porque puede que solo se trate de una crisis de pareja y no del final de la relación.