Por muy libres que seamos, lo cierto es que todos tenemos una libertad condicionada en tanto que también contamos con imperativos sociales. Existe una realidad básica y es que todos estamos obligados a convivir en sociedad, nos relacionamos tanto con gente conocida como con personas desconocidas en las calles.
En más de una ocasión, la persona tiene un deseo de evadirse de todo el entorno, buscar la soledad absoluta y marcar una distancia extrema con los demás. Existen normas básicas que favorecen la buena convivencia en sociedad y que conviene interiorizar para vivir mejor y tener una vida en armonía con el entorno. La convivencia social va más allá de la convivencia en pareja.