El amor es un deseo inherente al corazón de todo ser humano, sin embargo, también es verdad que con la llegada de la madurez, el sentimiento pierde su intensidad y gana la racionalidad. Atrás queda la locura adolescente tan anhelada en algunos momentos. Con la madurez, las mariposas en el estómago se siguen sintiendo, los nervios continúan presentes, pero de otra manera y en diferente grado.
Algo que es muy positivio ya que sería un auténtico caos vivir a merced del impulso de un sentimiento que a veces es irracional. Y es que, muchos enamoramientos adolescentes son «ciegos» al no estar basados en el conocimiento mutuo sino en la idealización que cada uno hace del otro. (más…)