Una historia de amor evoluciona con los años y, en esta transformación también hace acto de presencia la costumbre. Sin embargo, existen distintas interpretaciones de la palabra rutina. Existe una costumbre positiva que crea un arraigo. Así ocurre cuando una pareja de enamorados comparte momentos en común que añaden significado a su relación.
Pero existe una costumbre que también implica un guion previsible en el que los enamorados parecen estar inmersos en una dinámica en la que no hay espacio para la sorpresa. El amor y la costumbre son dos ingredientes que pueden darse unidos. Sin embargo, si una relación solo se basa en la costumbre, entonces, se distancia del deseo.
¿Cómo diferenciar estos conceptos en la práctica? En el blog de mobifriends compartimos algunas ideas.
1. Implicación y compromiso
Cuando una historia se basa en el amor, tienes un elevado nivel de motivación interna para descubrir los nuevos capítulos de ese romance. Por el contrario, cuando la costumbre es más relevante que el enamoramiento, caes en el efecto del aburrimiento.