Normas básicas para convivir en sociedad

Por muy libres que seamos, lo cierto es que todos tenemos una libertad condicionada en tanto que también contamos con imperativos sociales. Existe una realidad básica y es que todos estamos obligados a convivir en sociedad, nos relacionamos tanto con gente conocida como con personas desconocidas en las calles.

En más de una ocasión, la persona tiene un deseo de evadirse de todo el entorno, buscar la soledad absoluta y marcar una distancia extrema con los demás. Existen normas básicas que favorecen la buena convivencia en sociedad y que conviene interiorizar para vivir mejor y tener una vida en armonía con el entorno. La convivencia social va más allá de la convivencia en pareja.

En primer lugar, hoy día, son más las personas que viven en piso que en casa. En ese caso, aunque el objetivo no es convertirte en el mejor amigo de tus vecinos, sí es óptimo tener una relación cordial. Saluda siempre que te encuentres con otra persona, cede el paso al otro en la entrada del portal, si existe alguna persona mayor que llega con bolsas cargada desde el supermercado, puedes ayudarle con el peso y también puedes prestar algo de sal al vecino despistado que viene a casa a pedirte algún condimento que se le ha olvidado comprar.

En segundo lugar, para convivir en sociedad también conviene recordar que las relaciones se basan en un feedback constante. Para ello, responde siempre a todos los correos electrónicos que recibes y hazlo de una forma individual y no grupal. Recuerda siempre las fechas especiales de tus amigos, por ejemplo, los cumpleaños y la Navidad y comunica con ellos para compartir tu alegría. Si existe un amigo que siempre te hace un regalo en tu cumpleaños, entonces, lo ideal es que correspondas del mismo modo en su día.

Para convivir en sociedad, conviene recordar que los demás no tienen la culpa de que tengamos un mal día, por tanto, a pesar de que por dentro tengas mal humor, es importante que sepas separar ámbitos para no pagar tus asuntos personales con quien menos culpa tiene en el entorno laboral.

Cuando acudas como invitado a otra casa, llega a la cita con cinco minutos de retraso para dar más tiempo a los anfitriones. Intenta llevar un obsequio, por ejemplo, una botella de vino o una caja de bombones. Lo ideal es que también seas colaborador y muestres iniciativa en los pequeños detalles, por ejemplo, puedes levantarte a recoger la mesa.

La convivencia en sociedad puede ser más compleja incluso que la convivencia en pareja.

Foto – DSEF