Las relaciones personales son muy complejas. En ocasiones, una persona puede engañarse a sí misma creyendo que puede conformarse con tener amistad con alguien con quien en realidad desea tener algo más. Esta situación prolonga dolor, frustración y resentimiento en quien, llegado el momento, se da cuenta de todo el tiempo que ha perdido poniendo su vida a la espera de que ocurra un milagro.
Claro que existen amores que surgen a partir de la amistad y claro que es positivo intentarlo cuando existe enamoramiento. Sin embargo, ese estado no puede ser eterno, una persona no puede quedarse estancada en el plano de la amistad para convertirse en el confidente del otro. No es un gesto de egoismo sino de amor sano el tener presente que no es saludable ser amigo de alguien cuando en realidad te interesa ser algo más porque corres el riesgo de sufrir demasiado cuando observes a la otra persona feliz por haberse enamorado de nuevo.