El síndrome de Burnout, también conocido como síndrome del trabajador quemado muestra la falta de motivación interna que experimenta aquel profesional que siente apatía ante el peso de la rutina en la oficina. Este grado de insatisfacción profesional que muestra la contradicción de tener que cumplir con una obligación autoimpuesta también afecta a la relación de pareja al igual que el estrés.
Por ejemplo, la tristeza del domingo por la tarde es más intensa ante el horizonte poco prometedor de una nueva semana que se presenta como una especie de cuesta interminable. Las personas que sufren el síndrome del trabajador quemado tienden a poner la felicidad a la espera de que llegue el fin de semana. La dificultad emocional es doble cuando a la insatisfacción profesional se suma también la frustración del desgaste progresivo de la relación. ¿Qué hábitos son positivos para prevenir el síndrome de Burnout y evitar que esta infelicidad profesional también afecte al amor?